Hace 500 años, Don Vasco de Quiroga llegó a Michoacán para construir la Utopía. En los pueblos purépechas que fundó mantienen con orgullo sus tradiciones, mientras la gastronomía y las artesanías de la región reciben reconocimiento mundial. Sigue los pasos de este humanista visionario en dos fascinantes recorridos por el lago de Pátzcuaro y alrededores de la meseta purépecha.
A continuación, mostramos 5 poblaciones principales de esta ruta.
1.- Morelia.
La señorial Morelia, fue fundada en 1541 como Valladolid, donde su historia corre a la par con la historia de México. Su extraordinario centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, fue construido en el s. XVII con la característica cantera rosa de la región. Desde la imponente Catedral, la ciudad despliega una profusión de palacios como el Palacio de Gobierno; ex conventos como el de San Francisco donde se ubica el Instituto del artesano o el primer conservatorio de América, el Conservatorio de las Rosas, sede del coro de niños cantores de la ciudad.
2.- Pátzcuaro.
A la orilla del lago del mismo nombre se levanta Pátzcuaro, un apacible pueblo de calles empedradas, casas señoriales, plazas arboladas y portales siempre concurridos. Un pueblo que conserva el encanto provinciano de sus cuestas, sus fuentes, sus templos, sus rituales cotidianos. El Pueblo Mágico de Pátzcuaro no necesita de artificios para cautivar al viajero.
3.- Santa Clara del Cobre.
Al sur del río Silencio, el monótono martilleo del cobre suena familiar como el tañido de una campana. En Santa Clara el cobre es un estilo de vida. Ya los purépechas trabajaban el cobre antes de la colonia, fabricando joyas, máscaras y ollas. Durante la época colonial, Santa Clara era reconocida por la calidad del trabajo de sus artesanos. El cobre de este Pueblo Mágico se hizo universal cuando se transformó en pebetero para los Juegos Olímpicos de México de 1968.
4.-Tzintzuntzan.
Tzintzuntzan tiene un pasado glorioso como capital del imperio purépecha, cuando tuvo una población de 30 mil personas. En la conquista, Tzintzuntzan se convirtió en la primera ciudad de Michoacán y fue, muy brevemente, sede episcopal.
5.- Cuitzeo.
Los purépechas se asentaron en la ribera norte del lago de Cuitzeo. Llegaron los agustinos y construyeron un extraordinario convento para evangelizar la región. Cuitzeo creció y hoy este apacible Pueblo Mágico esconde bajo la aparente quietud un corazón festivo, barrio a barrio.