La civilización azteca fue tan poderosa y culturalmente rica que ha sido estudiada por expertos durante siglos. Fue una sociedad cuya cultura estaba regida principalmente por su religión. Las creencias eran tan fuertes que se plasmaban a través de su arte, su simbolismo e incluso su gastronomía.
La religión azteca es del tipo politeísta. Le rendía culto a más de una divinidad. Algunas de las divinidades más importantes para esta cultura estaban asociadas con ciclos solares o con la agricultura. Tenían grandes celebraciones en honor a sus dioses, y muchas veces exigían sacrificios humanos.
Eran una de las tribus nahua. Cuando llegaron al valle de México, incorporaron nuevas deidades a sus creencias religiosas, pero sin renunciar a sus propias divinidades. De hecho, los dioses propios nahuas tenían mayor importancia.
Fueron adoptando creencias a medida que conquistaban nuevas naciones. En algún punto, crearon historias que unían las creencias antiguas y las nuevas, y las agregaban a su propia religión.
La astronomía era de gran importancia para la religión mexica. Tanto así que sus calendarios y muchas de sus tradiciones giraban en torno a los movimientos de los planetas y de las estrellas.
Más allá de ser observada como una ciencia, la astronomía era parte de la religión. Tenían observatorios para estudiar al sol, a la luna y a los planetas. Con base a eso, predecían eclipses y otro tipo de fenómenos meteorológicos.
El calendario también llamado “Piedra del Sol” fue realizado a partir de la astronomía. Se trata de un monolito que tiene como imagen central a un sol, que representa al Tonatiuh -el dios sol-. También poseía otros cuatro soles que representaba a eras anteriores que acabaron en cataclismos.
El círculo externo se divide en 20 áreas, que representan cada día de los meses. Este calendario estaba formado por 18 meses y contaba en total con 360 días cada año. A esto se le agregaba cinco días de sacrificio. Con ellos, se completaban 365 días del año solar.
Al referirnos a los aztecas, religión y arquitectura van casi de la mano. La arquitectura era muy llamativa e importante, principalmente por el tamaño de sus construcciones, que solían ser monumentales. Se considera que esto era realizado para demostrar su poder frente a otros pueblos o civilizaciones.
Había gran presencia de figuras geométricas y de líneas. El Templo Mayor es uno de los más grandes referentes de su arquitectura. Su plaza podía albergar hasta 8.000 personas.
Además contaban con un tipo de arquitectura religiosa, representada principalmente por templos gemelos que hacían referencia a la dualidad. Estos templos cuentan con doble escalinata de acceso.
El arte era de gran importancia para los aztecas. Representaba una forma de expresarse y de comunicar sus creencias y su identidad a otras culturas. Lo que demostraba grandeza. Era usado como una herramienta de lenguaje.
Trabajaban mucho con piedra y madera. Las obras también contaban con gran carga simbólica. Entre sus más importantes expresiones artísticas se encuentra la escultura, pero no dejaban de lado la arquitectura, la orfebrería, la música y la literatura.
Casi siempre su arte cumplía con expresar percepciones religiosas o políticas.
Dentro de la gastronomía azteca, el maíz era un ingrediente clave. Su importancia era tal, que hubo un tiempo en el que fue utilizado como moneda en esta civilización.
En algunas ocasiones, la caña de maíz era ofrecida como ofrenda a deidades como Huitzilopochtli. Para los aztecas, el maíz era parte fundamental de cualquier comida. Se comían como tortillas, tamales, o atole.
Por otro lado, fue una sociedad que consumía gran cantidad de carne de animales. Entre ellos, pavo, aves de corral, iguanas, pescado, huevos, camarones, e incluso algunos insectos. Su dieta también incluía la sal y el Chile como condimento.
Otros alimentos que consumían eran los frijoles, amaranto y chía. En cuanto a bebidas, solían tomar agua, atole, pulque y jugo del maguey. El pulque era considerado como trago de plebeyos. Por eso, las clases altas no lo tomaban, e ingerían bebidas a base de cacao en su lugar.
La civilización azteca era fuerte, buscó crecer constantemente y comunicar su poder y sus creencias de la mejor manera posible. Algunas de sus prácticas resultaban extremas y brutalmente violentas, por lo que fueron erradicadas. Pero muchos expertos se encuentran en constante búsqueda de información sobre los aztecas y han hallado importantes rastros que recuerdan las prácticas que solía realizar esta civilización.