Las tortugas marinas son un enlace fundamental con los ecosistemas marinos.
Ayudan a mantener la salud de los lechos de pastos marinos y los arrecifes coralinos, que benefician a especies con valor comercial, como el camarón, la langosta y el atún. Las tortugas marinas son representantes vivos de un grupo de reptiles que han existido en el Planeta Tierra y han recorrido nuestros mares durante los últimos 100 millones de años.
Las tortugas tienen un significado cultural muy importante y un valor turístico considerable. Las tortugas marinas pueden poner más de 150 huevos por nido y pueden anidar varias veces en cada estación, con lo cual compensan las altas tasas de mortalidad que impiden a la mayoría de las tortugas marinas llegar a la madurez.
Cuando uno bucea, generalmente va en búsqueda de los grandes animales pelágicos o en búsqueda de especies increíbles que habitan los arrecifes. En nuestros mares tenemos prácticamente en todos lados la oportunidad de ver distintas especies de tortuga marina, a veces es tan común, que nos olvidamos de lo hermosas que son y lo vulnerables como especie. Por ello, en esta ocasión se les hará homenaje a unos seres que son los ángeles acuáticos.
¿Cuáles son las tortugas marinas?
Alrededor del mundo existen siete especies de tortugas marinas, habitan prácticamente en todos los mares y océanos, salvo en las regiones polares. Sin duda, las más emblemáticas son: la tortuga verde (chelonia mydas), la tortuga de carey (eretmochelys imbricata), la tortuga caguama (caretta caretta) y la tortuga laúd (dermochelys coriácea).
Como todos sabemos, su principal característica son sus hermosos caparazones, los cuales son esenciales para protegerlas de variaciones en la temperatura del agua y de los depredadores; un dato curioso es que, a diferencia de las tortugas terrestres, las tortugas marinas no pueden meter la cabeza dentro del caparazón.
Estos maravillosos seres no tienen dientes, los han remplazado por picos cortantes, a diferencia de sus parientes terrestres, las tortugas marinas son omnívoras, es decir, se alimentan tanto de animales como de plantas, siendo su principal alimento el coral, el cual provee el calcio necesario para fortalecer sus caparazones.
¿Cómo las identificamos?
La tortuga verde es de tamaño mediano y suele vivir en arrecifes tropicales, su nombre deriva del color verde amarillo de su piel, no del color de su caparazón. En cambio, la tortuga carey se distingue por tener extremidades más largas ya que viven principalmente en mar abierto, su pico es más prominente que el de su prima la tortuga verde.
La tortuga caguama, se caracteriza por ser más grande, alcanzando en promedio los 1.5 metros y tienen un singular color de piel amarillo con marrón con un caparazón rojizo; en cambio la tortuga laúd es la más grande de todas, de un color verde obscuro y con un caparazón blando llegando a medir 2.3 metros de longitud.
Realmente no importa de qué especie se trate, todas son bellas, nobles y requieren de toda nuestra atención y cuidado, pocas cosas en el mar son tan hermosas como ver la tierna mirada de una tortuga.
Especie amenazada
Alcanzando la madurez, una tortuga marina prácticamente no tiene depredadores naturales, salvo por el majestuoso Tiburón Tigre, el cual cuenta con una mandíbula tan fuerte que es capaz de destrozar un caparazón, por lo cual las tortugas son uno de sus alimentos favoritos. Entonces, ¿si no tienen depredadores porque se encuentran en estado crítico?
La respuesta es simple, los seres humanos han sido siempre su peor enemigo, a lo largo de su historia, el hombre siempre las ha matado, su piel es codiciada, sus caparazones trofeos, su carne y huevos alimento, por ello hoy en día la mayoría están en vías de extinción. Países como China, India y Japón han sido responsables de la muerte de miles, incluso millones de tortugas, todo por sentir que su carne es un manjar y sus huevos afrodisiacos.
Asimismo, la pesca accidental es un problema, miles mueren enredadas en las redes de pesca, aunque son capaces de dejar de respirar por varias horas, una tortuga estresada en pocos minutos consume el oxígeno almacenado y muere ahogada.
Finalmente, un grave problema es la contaminación de nuestros mares, tan solo hay que ver tantas imágenes de tortugas enredadas en desechos plásticos, con popotes en sus vías nasales, así como los globos, sí estos que soltamos para los Reyes Magos, caen al mar y las tortugas las confunden con medusas o algas ingiriéndoles y causándoles grandes agonías, por favor dense un tiempo para ver estas terribles consecuencias de nuestro consumo indiscriminado de plásticos.
Actualmente en México, muchas de las playas de desove son áreas naturales protegidas, además en la mayoría de los lugares hoy en día es ilegal, capturar tortugas y recolectar sus huevos, lo cual nos da una esperanza de que puedan recuperarse.
En el nacimiento de las tortugas, la mayor parte de las hembras retornan a la playa donde nacieron para poner sus huevos, como siempre la naturaleza nos da lecciones increíbles. En un estado natural, una vez que las crías han salido de su caparazón comienzan a ascender hasta salir a la superficie, es ahí en donde su primera prueba comienza, el llegar al mar es todo un reto, ya que cientos de aves están esperando este momento para devorar a las pequeñas crías, una vez en el agua deben buscar refugio lo antes posible para comenzar su vida, lamentablemente, se estima que solamente una de cada 1,000 crías sobrevive y llega a su madurez.
Por otra parte, para ver tortugas más grandes, el pacífico ofrece grandes buceos, en Cabo Pulmo, Baja California podemos encontrarlas, generalmente reposando, grandes y hermosos ejemplares adornan el paisaje marino del llamado “acuario del mundo”.
Sin duda, uno de los mejores encuentros con tortugas marinas es realizar una inmersión nocturna con tortugas caguamas o verdes, es espectacular cuando tu lámpara las alumbra, ves sus hermosos colores, sus tiernos ojos y las acompañas en su recorrido nocturno, no muestran temor, parece que saben que a pesar del peligro que representamos para su especie, los que estamos ahí solamente estamos para admirarlas con todas nuestras fuerzas.
Tengamos conciencia
Es imperativo que cada uno de nosotros dejemos de consumir plástico, menos botellas de agua y más garrafones, lleven sus bolsas reciclables al supermercado, no suelten globos para los Reyes Magos y por favor ¡sin popote está bien!, si lo hacemos ayudamos a estos maravillosos animales.
Los invito a tener encuentros con tortugas, pueden bucear o nadar con ellas en nuestro mar Caribe, lleven a sus hijos a liberar tortugas a las diferentes playas mexicanas que hacen dicha gratificante actividad, conviértanse en apasionados por su protección, además de ser los ángeles del mar, poseen un lugar especial en el equilibrio de la vida marina, ayudémoslas a que sigan millones de años más nadando en mares océanos, adornando los arrecifes y desovando en las hermosas playas de la Tierra.