Uruapan, Mich.- Una pintura en la que aparece en tanga una virgen muy venerada en Bolivia, patrona del folclor en el país, generó la indignación de distintos colectivos, que confirmaron que irán a los tribunales, y por otro lado el apoyo de los defensores de la libertad de expresión en el arte.

La artista plástica boliviana Rilda Paco pintó la silueta de una virgen sin rostro con tanga roja, medias oscuras y abdomen descubierto, en una interpretación de la Virgen del Socavón de Oruro.

Delante de la imagen y de espaldas aparecen algunos personajes del carnaval asociados a danzas típicas de esta celebración en Bolivia, como el diablo, el moreno y el pepino, una especie de arlequín, que sostienen botellas de licor.

«Hemos determinado que se trata de una afrenta al pueblo orureño y a la religiosidad popular», dijo el secretario municipal de Cultura de Oruro, Germán Navía.

La virgen es muy venerada no sólo en esta ciudad, ya que en carnaval acuden miles fieles de toda Bolivia y está declarada Patrona del Folclor Nacional.

Los miles de participantes en el desfile de Carnaval, uno de los más multitudinarios de Sudamérica y reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, terminan el recorrido de rodillas ante su imagen en un santuario.

Navía explicó que tras una reunión entre entidades que organizan el Carnaval de Oruro se decidió iniciar un proceso judicial contra la autora.

Rilda Paco dijo que existe una asociación entre la virgen que aparece en su obra y las mujeres, y que los hombres que participan del carnaval ven a ambas como un objeto.

Su argumentación fue rechazada por Navía, quien consideró que la artista «tiene un concepto superficial» del carnaval y la religiosidad popular que encarna en Oruro, por sus críticas a lo que considera el excesivo consumo de alcohol y la supuesta falta de convicción religiosa de los danzantes.

La imagen no pasó inadvertida en Twitter, donde suscitó opiniones, a favor y en contra, de periodistas y artistas bolivianos, entre otros.

«Todo mi apoyo a esta gran artista, que agita desde el arte a esos dogmas y quistes mentales de una sociedad intolerante e hipócrita», escribió el cineasta boliviano Diego Mondaca.