Cuando una relación sentimental llega a su término y aún amas a la otra persona, sobrevienen unos de los momentos más difíciles de la vida. Según el grado de amor que tengas por el otro, lo unidas que estaban sus vidas y la dependencia creada, será el nivel de dolor que experimentes durante el proceso de separación. En psicología, una ruptura amorosa se trata de forma similar al duelo por la muerte de un ser querido.
El proceso que sigue el duele de la ruptura amorosa sigue varias etapas: incredulidad, aceptación, desorganización, reorganización y superación. Las etapas más dolorosas son las primeras tres.
Incredulidad
Cuando menos esperada es la ruptura, mayor es la incredulidad que se genera. Incluso cuando en la relación no esta funcionando, la ruptura suele generarla.
Lo esencial de esta etapa es que, por más pruebas que haya, te niegas a aceptar que la relación terminó. Es común que en esta etapa se hagan muchas cosas que presionan a la ex pareja, provocando situaciones incómodas. Puede ser que también hagas cosas para tratar de “recuperar” a tu ex de las que después te arrepientas. Lo difícil de esta etapa es que pese a las evidencias de que la relación terminó, cualquier gesto, incluso de cortesía, puede tomarse como una señal de afecto.
Aceptación
Una vez que pasas del “Voy a cambiar para que esto funcione” o “yo sé que aun me ama” al “Ya se termino y no hay nada más que pueda hacer”, “La relación no funcionaba” has despegado de la incredulidad y llegado a la aceptación.
Aquí tocas fondo. Los sentimientos iniciales de incertidumbre y ansiedad cambian por un sufrimiento intenso a consecuencia de saber que la persona amada ya no está, ni volverá. Si te sientes así por más de seis meses es mejor que acudas con un profesional de la salud mental, ya que podría ser depresión.
Desorganización
Una vez que aceptaste el termino de tu relación, entras a la fase de la desorganización. Si compartían muchos planes a largo plazo y rutinas, la ansiedad puede sentirme más abrumadora y sentirte desubicado(a). Para contrarrestarlo tal vez busques recuerdos que evoquen imágenes gratas del pasado, buscando una felicidad ficticia.
En esta etapa es buena idea alejar cualquier estimulo que te haga recordar a esa persona amada. El objetivo es sufrir lo menos posible. Regalos, objetos, fotografías, puedes guardarlos fuera de tu vista o tirarlos.
Reorganización
El sufrimiento disminuye. A veces te olvidas de tu ex y vives buenos momentos.
Comienzas a recuperar el control de tu vida: te pones al día con tus actividades, estableces nuevos objetivos y rutinas o retomas aquello que habías dejado. Tal vez recaigas debido a circunstancias que evocan a tu ex pero por lo menos, la tristeza ya no esta presente la mayor parte del tiempo. Cada vez que ríes es un pequeño avance.
5. Superación
Llegando aquí, significa que estas preparado(a) para ser feliz nuevamente. No vas a sentir felicidad plena inmediatamente, pero si recuperarás el sentimiento de bienestar. Aunque ya puedas volver a comenzar nuevos proyectos, no es el momento para buscar a esa persona soñada. Lo mejor sería tomar las cosas con calma y centrarte en incrementar tu estabilidad emocional.
Procura no reencontrarte con tu ex. Cuanto más tiempo pase, más fuerte te sentirás. Tal vez puedan ser amigos en un futuro, pero eso toma tiempo.
Ahora que si piensas comenzar una nueva relación, no te anticipes y tires todo por la borda pensando que terminará mal. Lo que a alguien no le gustaba de ti, a otro puede encantarle.