Uruapan, Mich.- Marina Abramóvic es conocida mundialmente por jugar con los límites del cuerpo humano en sus trabajos y es algo que volverá a hacer en su próxima performance. La artista serbia planea electrocutarse con un millón de voltios con el objetivo de apagar una vela apuntándola solo con su dedo. Lo hará en 2020 en la retrospectiva sobre su figura que realizará la Royal Academy of Arts de Londres.

Abramóvic, de 71 años, está trabajando con la compañía de arte y de tecnología Factum Arte, encargada de construir la máquina que la electrocutará. Según The Times, la pieza está inspirada en la técnica fotográfica Kirlian del siglo XIX en la que se utilizaba el alto voltaje para imprimir instantáneas.

¿Está haciendo la serbia una locura? No, tal y como explica el fundador de Factum Arte, Adam Lowe. “Si te cargan correctamente, la corriente de electricidad que sale de tus dedos apagaría una vela situada a un metro de distancia”, ha explicado al diario.

La de Abramóvic será la primera vez que la Royal Academy of Arts organice una exposición centrada solo en una mujer en sus 250 años de existencia. Por eso, la artista está dispuesta a correr el riesgo de esta performance. Aparte de electrocutarse, también está preparando una mesa con lágrimas de vidrio y una fuente de cristal con la forma de su cuerpo que emanará sangre por sus ojos, nariz, pechos y boca, recoge Frieze

Lowe ha remarcado que no están siendo “imprudentes” ni “arrogantes con la tecnología” y que Marina “ha hecho cosas mucho más peligrosas”. En “Rhythm 10” pasaba rápidamente un cuchillo entre sus dedos extendidos cortándose hasta diez veces, en “Rhythm 0” dejó que un miembro de la audiencia la apuntó con una pistola cargada y en “Rhythm 5” casi se asfixió entre las llamas.

Una de las actuaciones más recordadas de la serbia data de 2010, cuando se sentó inmóvil durante 736 horas en el MoMA de Nueva York. Frente a la artista habría otra silla en la que todo aquel que quisiera podía sentarse y mostrarse ante ella. Uno de los que se enfrentó a la Abramóvic fue Ulay, un artista alemán con quien la serbia trabajó durante gran parte de su vida, y a quien no veía desde hacía 23 años. El reencuentro quedó grabado en el documental La artista está presente que se estrenó en 2013.

Con información de Playground