Uruapan, Mich.- Hace exactamente 180 años, el 16 de abril de 1838, dio inicio la Primera Intervención Francesa en México, la cual es conocida coloquialmente como la Guerra de los Pasteles. ¿Por qué inició, por qué recibió ese nombre y cómo termino esta conflagración?

Aquí te contamos lo que la historia dice sobre esta guerra con nombre curioso.

Los antecedentes de la Guerra de los Pasteles se remontan al año 1827, seis años después de la consumación de la independencia de México, cuando se firmó un acuerdo con Francia que buscaba regular la relación entre ambas naciones y que recibió el nombre de Declaraciones Provisionales.

Años después, sin embargo, un grupo de comerciantes franceses realizó una serie de reclamaciones contra el gobierno mexicano, a través del embajador francés en México, el barón Antoine-Louis Deffaudis.

Entre ellas, estaba un reclamo interpuesto por el sñor Remontel, un ciudadano francés que poseía una pastelería en el poblado de Tacubaya y que declaraba enfáticamente que, en 1832, oficiales del entonces presidente Antonio López de Santa Anna habían degustado de su fina repostería francesa y abandonaron su negocio sin pagar lo consumido, aprovechando los disturbios que asolaban por doquier.

Por esa deuda sin pagar, el señor Remontel exigía la estratosférica cantidad de 60 mil pesos de aquel entonces. Por este motivo es que la intervención militar que le siguió fue conocida en Méxicocomo la ‘Guerra de los Pasteles’.

Por ese reclamación y varias más, el gobierno francés —a través del barón Deffaudis— exigía una indemnización de 600 mil pesos, a la que el gobierno mexicano de Anastasio Bustamante se negó. La tensión entre ambas naciones se agudizó con el fusilamiento de un filibustero francés en el puerto de Tampico.

Entre febrero y marzo de 1838, las amenazas francesas se hicieron realidad cuando diez barcos de guerra, bajo las órdenes del comandante Bazoche, arribaron a Antón Lizardo, Veracruz. Desde uno de los barcos, Deffaudis lanzó el ultimátum: exigía el pago de los daños a súbditos franceses antes de 15 de abril o invadirían el territorio mexicano.

El 16 de abril de 1838, el comandante Bazoche declaró el cese de las relaciones entre México y Francia, y el bloqueo de todos los puertos de la República, empezando por el Puerto de Veracruz. Dicho bloqueo duraría siete meses.

Al ver que México no cedía a las exigencias económicas, Francia despachó veinte barcos militares más, al mando del contraalmirante Charles Baudin, quien ostentaba el cargo de ministro plenipotenciario del gobierno francés. Con ese carácter, Baudin se reunió en Xalapa con el ministro mexicano Luis G. Cuevas para efectuar negociaciones.

Baudin reclamaba, además de los 600 mil pesos de indemnización, 200 mil adicionales por los gastos de la flota francesa anclada frente a Veracruz. Como dichas demandas no fueron cumplidas, los franceses bombardearon el fuerte de San Juan de Ulúa el 21 de noviembre de 1838. Una junta de guerra declaró entonces la capitulación, el castillo fue entregado a Baudin y la bandera francesa fue izada.

El 30 de noviembre de 1838, México declaró la guerra al rey de Francia y nombró jefe de las operaciones en Veracruz al general Antonio López de Santa Anna, quien llamó a las fuerzas comandadas por el general Mariano Arista a combatir la invasión con toda violencia.

El 5 de diciembre de 1838, el príncipe Joinville ordenó un ataque al baluarte donde estaba Santa Anna; los franceses dispararon directamente a los soldados que formaban los guardias del general mexicano, dando muerte a varios de ellos y tomando prisionero a Arista.

Cuando los enemigos se replegaban, Santa Anna avanzó por el muelle; al verlo, los franceses descargaron metralla: el saldo fue de nueve muertos y otros tantos heridos, entre éstos el propio Santa Anna, quien terminaría perdiendo una pierna en la refriega.

Tras meses de conflictos, intervinieron los ingleses, que se veían seriamente afectados por la falta de comercio debida al bloqueo. La Flota de las Indias Occidentales británica fondeó en las playas de Veracruz a finales de 1838, con la intención de forzar a los franceses a negociar la paz. El comandante francés se vio obligado a conferenciar con el ministro inglés, Mr. Pakenham, y a aceptar su mediación.

Las negociaciones tuvieron lugar a comienzos de 1839; al gobierno francés lo representaba Charles Baudin y al mexicano, Manuel Eduardo de Gorostiza. La paz se firmó el 9 de marzo: los franceses devolverían el castillo de San Juan de Ulúa, México prometía anular los préstamos forzosos y pagar 600 mil pesos de indemnización. Los tratados fueron ratificados por la Cámara de Diputados el 18 de marzo.

Si bien con estos acuerdos se consiguió la paz, la famosa deuda no se pudo cubrir como lo exigían los franceses y, años después, ese mismo argumento serviría de pretexto para echar a andar una segunda intervención francesa contra México.

Con información de Milenio