Hace falta que abramos los ojos para entender muchas cosas, hasta para entender la verdad, para sospechar lo que esa verdad trae. A veces, aunque la Historia traiga señales de lo que ha sucedido, no entendemos. No queremos entender.

  Narra la leyenda que el rio Cupatitzio, hace mucho tiempo se secó y que Fray Juan de San Miguel lo hizo volver a su curso, externa forma de correr las aguas, de hacer fuentes, de llenar las ollas y los cántaros. Decían que el demonio había establecido ahí sus dominios. Fray Juan de S. Miguel echo fuera al demonio con oraciones, con peregrinaciones, con cantos, con agua bendita. Se decía que el demonio había secado las fuentes para matar de sed a los habitantes de Uruapan. Fray Juan expulsó al demonio y que, en su carrera, cayó de bruces y dejó esculpida su rodilla en una roca de la fuente que hoy lleva precisamente el nombre de Rodilla del diablo. Todas las fuentes volvieron a fluir, claras, abundantes, cristalinas y puras.

  Esto no pasa de ser una simple leyenda, pero las leyendas tienen un fondo histórico del cual tomaron el suceso que narran o que describen. Ese suceso no tiene sustento histórico porque no hay pruebas que lo avalen, pero fue. Y, si fue, puede volver a ser. Ahora la gente tiene miedo de que el Cupatitzio siga mente agotarse. Los aguacates sustituyen al agua, ¿podrá a tiempo haber solución? Sí… pero disminuyendo su cauce y lo está haciendo. Ciertamente, como dice la leyenda, no es algo diabólico. Es que el descuido de los uruapenses y de los lugareños de esta región los que han deforestado por dondequiera. Los mantos acuíferos están muy débiles. Voluntad no hay para evitar ese mal que se ve.