Uruapan, Mich.- Hoy se cumplen 50 años de la matanza en Tlatelolco, cómo olvidar un día como este pero de 1968, cuando jóvenes estudiantes, familiares de estos mismos; niños, adultos, participaban en una marcha pacifica por el problema que se había suscitado semanas antes.

Un día tranquilo para todas las personas, se llevaba a cabo un partido de fútbol entre la UNAM y el Politécnico, cuando se generó una riña entre ambos equipos, al momento intervinieron elementos de la policía tomando presos a algunos estudiantes, días después los familiares y mismos amigos no tenían razón de donde se encontraban por lo que la problemática comenzaba a agrandarse.

Durante ese año la población mexicana estaba luchando por un cambio por lo que estaban disgustados: el mandato de Gustavo Díaz Ordaz. Presidente electo del partido revolucionario institucional (PRI). Gustavo Díaz Ordaz tenia el conocimiento de que se llevaría acabo esta marcha y tenía miedo que México se viera en desorden al momento de la inauguración de las olimpiadas ya que en ese año se llevarían a cabo en tierras mexicanas.

Llegó el gran día de la marcha (2 de octubre de 1968) una manifestación pacifica que se había planeado con antelación. Solo unos momentos después de la llegada del contingente a la plaza de las tres culturas, no pasó mucho antes de que el presidente en su desesperación diera la orden de ataque.

Hasta la fecha el dolor; sigue, muchas muertes de niños, jóvenes y adultos, todo mundo trataba de ocultarse. Lamentablemente había un batallón oculto entre ellos mismos que portaba un guante blanco, ellos disparaban a todo lo que se moviera sin importar nada, muchas personas se ocultaban debajo de cadáveres, pero los militares llegaban y remataban a todos para que no quedara nada, tanques pasaban por encima de las personas sin misericordia. No se perdona, ni se olvida, todo lo que sucedido ese 2 de octubre.

El presidente no quería que México tuviera mancha alguna ante las olimpiadas cercanas, por lo que limpió la sangre de todos los acribillados para que se llevará a cabo la inauguración de las olimpiadas.

En su posterior discurso enunció: Estoy orgulloso del año de 1968, porque me permitió salvar al país.

Un acontecimiento que sin luugar a dudas, marcó a toda una generación de mexicanos.