Las que tienen que pasar los que son cronistas para llegar a una verdad: Descomposturas del autobús, hambres, calores, fríos… Pero el cronista todo lo da por bien empleado por las verdades que ahí conoce, sobre todo las verdades históricas, como en Huetamo conocimiento del Lienzo de Cutzio, o en San Francisco Angamacutiro el saber que ahí está enterrada una de las abuelas de D. Miguel Hidalgo. Ahí se respira el ambiente de quien encabezó los inicios de la Independencia, de D. Miguel Hidalgo. Cerca de ahí está Corralejo, está Pénjamo unos cuantos kilómetros más allá del rio Lerma. Antes de llegar a Puruándiro, ruta para ir a Angamacutiro, está Jururemba, lugar donde nació Doña Ana María Gallaga, la madre de D. Miguel Hidalgo, descendiente del gran encomendero Juan de Villaseñor, único que parece ser que hizo las cosas bien como encomendero y que todavía se le recuerda con gusto.
En esa reunión la maestra Beatriz Adriana nos dio una muy buena conferencia sobre la importancia del cronista en el tiempo presente: Somos puente de primera mano para pasar a la verdad y al conocimiento de la Historia, nosotros somos los que interpretamos la vida del pueblo. Nosotros no somos historiadores, ellos tienen un lugar muy elevado. Nosotros vamos acá con el pueblo. Escribimos de lo que vemos, de lo sentimos y pasamos con el pueblo. Es por eso necesario abrir el pensamiento y darnos a investigar. “El cinco por ciento de la gente piensa; el diez por ciento de la gente piensa que piensa; y el otro el ochenta y cinco por ciento prefería morir antes que pensar.” Así las cosas. Nada más.