La riqueza y variedad de la biodiversidad mexicana se hacen evidentes al observar nuestras dos especies de mono saraguato, comúnmente conocidos como monos aulladores. Estas especies, el mono saraguato negro (Alouatta pigra) y el mono saraguato pardo (Alouatta palliata mexicana), destacan como prueba de ello.

 

 

Desde la época prehispánica, los monos han tenido una gran importancia. Según los registros, los mexicas les dedicaban un día de cada mes, llamado Ozomatli, y plasmaban su imagen en vasijas. En aquel entonces, estos animales eran altamente valorados por su capacidad para anunciar la llegada de lluvias o cambios climáticos a través de sus aullidos.

Sin embargo, como tantas otras especies, el mono aullador enfrenta una grave amenaza de extinción debido a dos factores principales. En primer lugar, una gran parte de su hábitat ha sido destruido. El segundo factor es el tráfico ilegal de estos animales. Los traficantes no dudan en matar a las madres y, en ocasiones, a comunidades enteras, con el fin de extraer a las crías y venderlas en el mercado negro.

Es preocupante que tanto los cazadores como los compradores frecuentemente carezcan de conocimientos básicos sobre los cuidados necesarios para esta especie, lo que resulta en una sentencia de muerte para la mayoría de los ejemplares. Por esta razón, es crucial promover la conciencia sobre la preservación de su hábitat y hacer hincapié en la importancia de no adquirir ejemplares de especies salvajes, como estos hermosos monos.