El ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019 considera al compromiso como un estorbo para el arte
Para David Huerta, ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019, la labor de la poesía consiste en ser radical, más que en asumir un compromiso. Esta última palabra, a decir del autor de Incurable, es una que no va o, como dijo, “me hace lío”.
“A mí no me gusta hablar de compromiso, para todo lo que tenga que ver con el mundo de la vida práctica o del mundo de los hechos tridimensionales, de bulto, hace falta un compromiso, desde luego; pero en el terreno de la poesía, en el terreno de la literatura, del arte en general, el compromiso es más bien un estorbo, porque sabemos de sobra, por desgracia, que un compromiso quiere decir compromiso con un programa político. […] Yo frente al compromiso del que se habla continuamente opongo la idea del radicalismo, los poetas tienen que ser radicales, no negociar ni encontrarse en un terreno mediano con nadie”, expresó Huerta en un encuentro con la prensa posterior a la entrega del galardón literario.
Durante su discurso de agradecimiento ofrecido en la ceremonia inaugural de la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Huerta reflexionó sobre aquellos poetas que lo precedieron en la recepción de este galardón. “En casi 30 años de existencia este Premio ha sido otorgado a nueve poetas, y solamente hoy a un poeta nacido en estos valles y llanuras, en estos lugares empapados en lágrimas y sangre que forman el país llamado México. El Premio ha sido entregado a un chileno, Nicanor Parra; dos cubanos, Cintio Vitier y Eliseo Diego; dos argentinos, Olga Orozco y Juan Gelman; un español naturalizado mexicano, Tomás Segovia; un venezolano, Rafael Cadenas; un francés, Yves Bonnefoy, y una uruguaya, Ida Vitale. Veo esa lista y me entran deseos de salir corriendo. ¿Cómo es que estoy ahora en esa lista? No es posible, es un sueño, quiero hablar de esos poetas y pedirles el viático para ponerme a su lado”, confesó.
Antes de su discurso, Huerta fue evocado por la escritora Teresa González Arce, de quien tomó un texto, del cual hizo una glosa al cambiar “La canción más hermosa del mundo” por “El poema más hermoso del mundo”. “Las maravillas y desastres de lo que suele llamarse la vida diaria, por mucho que nos parezca menos constante o menos vívida de lo que dice la expresión, alimenta los libros de Huerta, como Historia, de 1990; La sombra de los perros, de 1996; El azul en la flama, de 2002, o, fíjense bien en el título, Canciones de la vida común, de 2008”, evocó González Arce.
En la inauguración se dio la bienvenida a India, primer país asiático en ser Invitado de Honor de la FIL y que fue representado por Sanjay Dhofre, ministro de Estado del Ministerio de Desarrollo Humano de ese país. “Este año tenemos la fortuna de contar con India como nuestro Invitado de Honor. Nos enorgullece mucho. India es, quizá, el país que más puentes ha tendido entre Oriente y Occidente, las imágenes que ha dejado en nuestra mente son indelebles, ¿cómo olvidar la belleza portentosa del Taj Mahal, o lo asombroso, para todos, de los significados que contiene el Ganges?”, expresó Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.