Ayoxochitl, mejor conocida como la flor de calabaza, es uno de los alimentos comunes de México. Se utiliza como ingrediente para las quesadillas, especialmente en el centro del país, además de que es bastante común encontrarla en los mercados como si fuera una verdura.
La flor de calabaza es considerada como quelite, es decir, una planta comestible, al igual que las calabacitas, el frijol y el maíz, además de haber sido un alimento básico de los pueblos mesoamericanos. Ha sido cultivada desde hace aproximadamente diez mil años.
Actualmente la flor de calabaza se cocina en quesadillas, sopas y cremas o rellenas de crema. No dista mucho de la forma en la que se las comían las antiguas culturas que, según el Diccionario Gastronómico Larousse, las consumían picadas, en tortillas o en sopas.
Los tarahumaras las secaban para poder almacenarlas y así guardar alimentos para el duro invierno.
Las flores de calabaza no son solo ricas, sino que también aportan muchos nutrientes al consumidor, como calcio, fósforo y potasio. Se recomienda especialmente consumirlas durante el embarazo, ya que complementan el ácido fólico. Además, ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y a combatir la osteoporosis.