Cuando se produce una crisis en una relación o matrimonio y las emociones alcanzan su cenit, las personas suelen utilizar las palabras “siempre” y “nunca”. Después del hecho, a menudo se dan cuenta de que la conversación no se dio como hubieran querido y comienzan a preguntarse qué podrían haber hecho mejor.
Es importante ser consciente de que las palabras que se pronuncian cuando nos dejamos llevar por nuestros sentimientos. El “nunca” y “siempre” tienen connotaciones irreversibles que son difíciles de deshacer.
¿Por qué las emociones nos hacen usar fácilmente palabras que no queremos?
Cuando estamos en un momento en que sentimos emociones fuertes, nuestro cerebro funciona de una manera diferente que antes. Rara vez podemos mantener una conversación abierta y clara con otra persona, y dedicamos nuestras fuerzas a discutir y defendernos.
Tampoco pensamos claramente en ese momento y podemos decir cosas que no diríamos normalmente, o que no creemos en absoluto. Estas incluyen acusaciones basadas en “siempre” y “nunca”. Si esto sucede, vale la pena tomarse un pequeño descanso e intentar calmarse para que puedas finalizar la conversación de una manera constructiva.
¿Cómo pueden las palabras “siempre” y “nunca” causar una crisis en un matrimonio?
“Siempre” y “nunca” son los llamados cuantificadores grandes: estas palabras pueden funcionar en condiciones de lógica, matemáticas o filosofía, pero no en las relaciones. Al decir “siempre” y “nunca”, no le damos a alguien espacio para el cambio, que generalmente ocurre lentamente, inicialmente basado en excepciones, no en reglas.
Por ejemplo: si en una pareja uno comienza a tratar de criticar al otro con menos frecuencia, probablemente tendrá éxito de vez en cuando. Si durante este proceso escucha algo como “Siempre Criticas” o “Nunca me Apoyas”, puede sentir que todo su esfuerzo es en vano y perder la motivación para cambiar.
¿Por qué las palabras “siempre” y “nunca” evocan tales emociones?
El “siempre” y “nunca” llevan una carga emocional muy alta y rara vez tienen un mensaje positivo. Debido a esto, pueden lastimar profundamente a la persona a quien se dirigen. Además, es poco probable que sean ciertas. Muy a menudo, la persona que las escucha pierde el deseo de seguir hablando, porque percibe la situación de manera completamente diferente.
¿Cómo evitar hablar con tu pareja cuando escuchas “siempre” o “nunca”?
En primer lugar, vale la pena recordar que lo más probable es que lo que dice la otra persona sea el resultado de sus emociones, y no necesariamente de cómo nos percibe, y muy poco de cómo somos realmente.
Una conversación adicional es posible solo cuando ambos logran calmarse y hacer contacto nuevamente. Entonces puedes decir que te sentiste mal al escuchar esas palabras, porque tienes la impresión de que la situación es diferente.También vale la pena hablar sobre situaciones específicas y reflexionar sobre por qué es tan importante que una pareja haga algo al respecto.