La palabra purépecha es el nombre por el cual, un grupo étnico el estado de Michoacán se designa así mismo. Aunque en años anteriores se les ha denominado como tarascos, la palabra tarasco corresponde al parecer a un titulo impuesto por los españoles durante la época colonial. Este grupo habita en el estado de Michoacán en cuatro regiones conocidas como la zona lacustre, la sierra, la cañada de los once pueblos y la cienega de zacapu.

Como todo grupo existe un espacio de ambiente de música y alegría este también es el caso los purépechas, denominando su música con el mismo modo, música purépecha, los cuales encontramos más representativos el son, el abajeño y la pirekua. Aunque también existe otro género no considerado como purépecha, pero que forma parte importante del repertorio festivo el cual es denominado por los propios habitantes como música clásica. Es muy interesante saber que esta música todavía sobrevive y por lo tanto ayuda a entender a la sociedad purepecha, pues recordemos lo que Attali dice que la sociedad no solo se pude ver sino que también se escucha, esto es algo muy importante para los nuevos estudios de la antropología, ya que contemporáneamente hay que innovar el modo del trabajo de investigación, en el que tomaría en cuenta la música, pues también por medio de sonidos es que se interpreta y entiende la música.

El sonecito purépecha o también llamado son regional, forma parte de un intricado término musical que en México se conoce con el nombre de son. Se dice que el origen del sonecito surgió a partir de finales del siglo XIX y principios del XX. El sonecito purépecha es un género instrumental que no necesariamente lleva coreografía u orden especifico. Es en tiempo lento y normalmente es ejecutado con una pequeña orquesta de cuerdas o con banda de viento.

El abajeño es un género que deriva de la música practicad en la región de la tierra caliente ubicada en las tierras bajas de Michoacán, de ahí que la palabra hace alusión al termino abajeño. Es un género instrumental que se ejecuta con orquesta de cuerda o banda de viento y su uso es dentro de las fiestas en el momento del baile, pues se zapatea, es de un tempo rápido y su carácter es vivo.

La pirekua es una palabra en lengua purépecha que significa canción y se ocupa de temas tanto líricos  como épicos y tiene una magnitud desigual, la pirekua puede cantarse de manera individual o en grupo y se interpreta a capela o acompañada a ritmo de guitarras, orquesta de cuerda y aun con orquesta de viento.

  Actualmente la guitarra es un instrumento con el que se acompaña los cantos purépechas de la actualidad.  

El sonecito y la pirekua se han manejado como géneros emparentados ya que poseen el mismo tempo y características rítmicas; su diferencia se encuentra en que una es instrumental y la otra es cantada. Ambos tienen dentro de un esquema rítmico un patrón al que se le ha asignado el nombre de cuatrillo, patrón que consta de cuatro valores irregulares dentro de un compas ternario y simplemente si este cuatrillo no estuviera no sería música purépecha. Otro género musical asociado a la pirekua como al sonecito por el compas ternario y su condición de suave, pausado y melancólico es el vals, ubicado dentro de música clásica; el vals se ha identificado con carácter de tristeza que con frecuencia los compositores y los ejecutantes tienen como referencia para su expresión.    

La tradición purépecha también tiene un ir y venir, uno de los rasgos que ahora causa controversia es la tradición practica, ya desde hace tiempo durante las festividades, las cuales son las competencias musicales, evento en el que las bandas o las orquestas demuestran su habilidad en su instrumento y su conocimiento en el repertorio musical, no solo de la misma música purépecha, sino también en el de otros repertorios que forman parte de este conjunto de obras musicales. Lo interesante no solo está en la aplicación de nuevos ritmos sino la rivalidad musical en relación con los conflictos regionales.  

El tocar música purépecha es algo que no se escucha tan comúnmente, tal vez en alguna fiesta de alguna comunidad alejada de la capital, o en una noche con amigos, las personas que lo saben hacer se dedican a amenizar la noche, pero ver que jóvenes se dediquen a la música purépecha por placer, por hobbie y que además lo hagan de manera profesional, ya no se encuentra. Por tal que muchos han sido las inquietudes por difundir esta música, una de ellas es la creación de grupos que quieran hacer y dar a conocer la música purépecha. Un ejemplo es el grupo que Nana kutzi quienes narran su iniciativa: «Empezamos en la prepa, nos juntamos tres amigos y un señor que ahí trabajaba, eso en 1998 y lo seguimos haciendo sólo por gusto, no por dinero», aseguró César Chávez Ruiz, integrante del grupo.

Cuatro son los integrantes del grupo, los cuales desde siempre han tenido un acercamiento con lo que es la cultura purépecha, no sólo con la música, de ahí nació su interés y curiosidad por hacer algo de manera más profesional, como es el tocar la música purépecha ya como un grupo bien establecido. Todo empezó como un juego, los integrantes del grupo estudiaban juntos en la misma preparatoria y el señor Gilberto Vera era trabajador del lugar. Se inicio con una rondalla como la hacen la mayoría de los chavos, luego decidieron que sería mejor hacer música purépecha, porque era algo con lo que se sentían identificados y les gustaba, actualmente el grupo y la mayoría de los grupos purépechas usan el violín, la vihuela, la guitarra y el bajo como los instrumentos principales que se hacen tocar para el placer de quien los escuche, todo con el fin de dar a conocer este tipo de música, que sería conocido no sólo en el mismo interior del estado de Michoacán , sino en toda la República, e incluso en algún otro país. Por otro lado se intenta difundir desde distintas instituciones esta música tradicional y se tiene como punto especifico la grabación de esta música, es el caso de la asociación civil que dirige la Casa para el Arte y la Cultura de Paracho, en su trabajo de difusión de la música michoacana quien supera por mucho a las tentativas institucionales que se han emprendido para preservar y difundir los repertorios de música michoacana, hasta el momento se han producido un total de 12 discos con distintos grupos de música tradicional y una serie de grabaciones para el Colegio de Michoacán.

También se sabe que la Casa de la Cultura de Paracho tiene como otros de sus objetivos conseguir un mayor equipamiento para el estudio de grabación, pasar de lo análogo a la tecnología digital y lograr un considerable incremento en la calidad de las grabaciones.

Entre los objetivos a corto plazo destaco la grabación de 3 orquestas tradicionales de música purépecha, serie de discos que la Casa de la Cultura de Paracho, está produciendo de manera conjunta con la Secretaría de Cultura. Las orquestas que conformaron esta serie son la Orquesta de San Felipe de los Herreros, la Orquesta Santa Rosa de la comunidad de Tacuro y una más de la comunidad de Ihuatzio.

Elegidas esas tres orquestas porque quería que sean las representativas de las tres regiones donde más se genera la música purépecha: el lago, la meseta y la cañada”,

Ahora se puede decir que se trata de incluir un momento dinámico de las presentaciones de música purépecha en la que se incluye tanto la música como la danza para su representación, ademas de difundir por medio de la nueva tecnología las tradiciones musicales de estos grupos purepechas.

La música purépecha a tratado de sobrevivir al constante cambio de música, aun no se salva del todo, pues aunque todavía hay gente que hace música purépecha la modernidad esta haciendo que pierda su sentido y su esencia.

Mucho se ha hecho por salvar la música purépecha aunque no se han dado cuenta los mismos músicos que la representan en escenarios del teatro harán que esta poco a poco se vaya esfumando. Un ejemplo son los grupos musicales, concursos de bandas, festivales, discos, etc. Que más adelante solo quedaran en una simple representación de la música y no la presentación misma de lo cultural.

con información de musica purepecha