La bandera purépecha surge como un símbolo de unión e identidad con todos los Purépechas, buscando al mismo tiempo la organización y lucha de los pueblos purépechas contra las nuevas formas de dominio y explotación que agreden constantemente a las comunidades indígenas y en general a toda la cultura.

Consiste en cuatro campos de cuatro colores con un escudo y la leyenda de Juchari Uinapekua (Nuestra Fuerza) por debajo del escudo.

Morado: Represente la región de la Ciénaga y sus pueblos que han perdido el idioma materno y gran parte de nuestra herencia cultural.

Azul: Hace referencia a la región lacustre, donde fue el centro del Reino Purépecha, reflejando en sus aguas la grandeza de sus dioses y la memoria presente de las Yácatas que aún se conservan en casi todos los pueblos ribereños, donde se continúa tomando un alimento ancestral: el pescado blanco.

Amarillo: Es la región de la cañada con el río Duero que corre serpenteando los Once Pueblos como un símbolo de vida y energía que transmite a la gente de esta región fértil.

Verde: Expresa la fecundidad de los bosques serranos y la riqueza de las maderas comunales de los pueblos pertenecientes a la llamada Meseta Purépecha o Tarasca.

En el centro se ha colocado un bloque de obsidiana que representa a Curicaveri; es la forma de dios solar y que significaba el Gran Fuego, el que se alimenta de fuego, forma que abrasa y proyecta a los diferentes puntos cardinales cuatro grupos de flechas.

También se encuentra el cuchillo de piedra blanca que señala el mensaje o destino del pueblo purépecha y su origen divino, descendiente del «Linaje del Dios Curicaveri».