Si, como nosotros, eres un insaciable amante de los postres fríos, seguramente has probado los de La Michoacana, una paletería mexicana tan antigua y famosa que ya es parte de nuestra cultura. Sin embargo, ¿conoces su historia? Si no, ¡aquí te la contamos!
Para conocer la historia de La Michoacana debemos retroceder varias décadas en el tiempo. Situémonos entre finales de la década de 1930 y principios de 1940 en el occidente de Michoacán, en Tocumbo (o Tucumbo), para ser precisos.
En aquel entonces, México apenas se recuperaba de la Gran Depresión, Lázaro Cárdenas había llegado a la presidencia y a nivel mundial pronto estallaría la Segunda Guerra. El panorama general era de incertidumbre, caos y cambios.
No obstante, pese a todo pronóstico negativo, en Tocumbo ocurrió algo que cambiaría para siempre el futuro del pueblo. Y es que, don Rafael Malfavón, un paletero conocido entre la gente como El Arrapato, se dedicó a la venta de paletas de hielo.
El negocio de don Rafael creció rápidamente. Pero, ¿cuál era el secreto o qué lo diferenciaba de los demás? Don Rafael elaboraba sus paletas con fruta de temporada dejándole a cada una gran cantidad de trocitos. Así, sus postres eran inigualables y deliciosos.
La riqueza de uno puede ser la riqueza de todos
Don Rafael salía todos los días de Tocumbo para vender sus postres acompañado de sus burros. Mientras tanto, y ya que el negocio era próspero, en sus tiempos libres se dedicó a enseñar el oficio de la paletería a los jóvenes de su comunidad.
Así, las famosas paletas de Tocumbo se extendieron hasta llegar a lo que hoy es la Ciudad de México. Pronto, las cajas y carritos de paleta se convirtieron en jugosos negocios y estos en parte de una franquicia que, aunque se desconoce el origen exacto, recibió el nombre de La Michoacana.
Pronto, quienes ya tenían negocios consolidados regresaron a Tocumbo. Ahí ofrecieron atractivos préstamos para que sus vecinos y demás gente del pueblo pusieran sus propias paleterías. Dichos préstamos eran muy distintos a los de los bancos pues tenían una tasa de interés baja, se liquidaban en un año y, si las personas tenían algún problema para realizar los pagos, en lugar de embargar, estos se posponían e incluso se perdonaban.
De esta manera, la gente de Tocumbo consolidó y potenció su economía. Gracias a ello, logró evitar ser parte de la crisis económica que culminó con el cierre de varios negocios así como de la ola migratoria que, en los años 50, partía rumbo a los Estados Unidos con la promesa de un mejor futuro. Y es que, para la gente de Tocumbo, la riqueza estaba en su propia tierra y todo gracias a las paletas.
Aunque La Michoacana inició con la venta de paletas, prontolos locatarios incluyeron otros productoscomo refrescos. Sin embargo, al poco tiempo estos fueron cambiados por aguas de sabor, pues así podían controlar directamente la calidad del producto y el costo era menor.
También, más tarde, se añadieron otros alimentos como palomitas, nachos e incluso pizzas. Esto ya dependía del gusto de los dueños pues, la franquicia como tal, daba libertad a sus aliados para incluir o quitar productos así como para experimentar con nuevos sabores.
Empero, esta libertad trajo consigo un problema que quizá no ha podido resolverse por completo. Y es que la calidad entre un negocio y otro puede variar.
Por otra parte, es indispensable señalar que el hermoso y popular logo de esta paletería fue diseñado por Alejandro Andrade y su equipo como parte de un proyecto de innovación. Este está compuesto por una muñequita o niña tarasca que sostiene una paleta y que suele tener debajo la frase “es natural“. Así, se alude a que el gran éxito de estas paleterías está en que son artesanales y hechas con frutas naturales.
La prosperidad continúa…
Transcurrieron las décadas y actualmente, de acuerdo con la página oficial de La Michoacana, existen 35 puntos de venta autorizados en todo el país. No obstante, son muchísimas más las paleterías que portan orgullosas el nombre de esta famosa marca.
Cabe señalar que, gracias al éxito de la marca, han surgido algunas variantes. Entre ellas tenemos La Original Michoacana, La Michoacana del Portón, La Nueva Michoacana, etcétera.
Además, sus deliciosos y artesanales sabores se han reintentado constantemente y extendido por países como Guatemala, El Salvador y hasta los Estados Unidos. Es así como La Michoacana, una tradicional paletería que nació en Michoacán, continúa rompiendo fronteras y deleitando a comensales con su frescura y exquisitez.
Fuente: México Desconocido