La gatoterapia es una terapia basada en utilizar la compañía de los gatos para recibir efectos positivos como disminuir el estrés y la ansiedad, ayudar a combatir la depresión y aumentar la supervivencia de pacientes con cardiopatías.
La compañía de un gato ayuda a lograr mayores niveles de relajación en sus dueños. Acariciar un gato reduce el estrés, baja la presión arterial y la frecuencia de latidos del corazón.
Por otro lado, algunas investigaciones demuestran que el ronroneo característico del gato (sonido que emiten cuando se sienten cómodos y seguros) puede influir muy positivamente sobre tu estado de ánimo.
Si estás enfermo, la compañía de un gato es capaz de hacerte mejorar más rápidamente, gracias al buen efecto psicológico de la presencia gatuna en la vida de su dueño.
Además, está demostrado que las personas que viven solas, sin la compañía de un animalito, suelen tener mayores problemas de salud mental (depresión, falta de memoria), en comparación con aquellas que tienen un gato como mascota.
Por último, si tienes niños, el hecho de tener un gato y responsabilizarse de su cuidado ayuda a mejorar su autoestima y les inculca el amor y respeto por los animales.
¿Qué efectos tiene la gatoterapia?
La terapia con gatos puede ser especialmente beneficiosa en adultos y niños con diversos trastornos físicos o emocionales.
Por ejemplo, en niños autistas, se ha observado que la gatoterapia tiene un efecto muy positivo sobre el estado de ánimo. Un gato puede devolverles la sonrisa, especialmente a estos niños con severos problemas de comunicación, que suelen llevar una vida bastante solitaria.
En el caso de ancianos que viven en residencias geriátricas, la gatoterapia también puede ser muy útil.
El contacto con el gato, un animalito tibio y peludo al que pueden acariciar, cuidar e incluso hablarle sin ser juzgado o contrariado, puede ayudar al adulto mayor a verbalizar sus emociones y sentimientos y estimula su memoria, lo cual es especialmente beneficioso en ancianos con problemas de salud mental.
Está demostrado que estos gatos disminuyen la ansiedad en pacientes hospitalizados, aumentan la estimulación sensorial en niños con discapacidades, previenen la depresión y también pueden ser útiles en centros de recuperación para adolescentes problemáticos
¿Tienes un problema cardíaco? Entonces la gatoterapia es ideal para ti. Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 1995 demostró que los pacientes con problemas del corazón mejoraban más rápidamente si tenían en casa un gato.
Además, el porcentaje de supervivencia de este grupo de pacientes también fue mayor entre los dueños de un felino en comparación con quienes no tenían mascota.
¿En qué edades se puede utilizar?
A diferencia del perro, el gato es un animal muy autónomo. En general, necesitan menos cuidados y atención en comparación con nuestros amigos caninos.
Además son más pequeños y por eso se pueden adaptar más fácilmente a la vida dentro de casa o en un apartamento.
Si sumas estas ventajas a los claros beneficios que tiene la gatoterapia sobre la calidad de vida de sus dueños, entonces ya sabes cuál es la mascota ideal para casi todo el mundo: el gato.
Hay más de 40 especies de gato, con diferentes características: diversos colores de pelaje, gatos de pelo corto, de pelo largo, con rasgos faciales distintos, orejas pequeñas, orejas grandes, en fin, hay gatos para todos los gustos, lo cual también es una ventaja.
Gatos especiales para terapia
Hay gatos que se entrenan especialmente para hacer gatoterapia en residencias geriátricas, hospitales y centros de atención a pacientes con autismo, entre otros.
Un gato para terapia puede pertenecer a cualquier raza. La característica más importante en este tipo de animales es el temperamento. Un buen animal para gatoterapia debe ser amigable, tranquilo, paciente y confiado.
Debe disfrutar de ser tomado, acariciado y mimado por personas a las que nunca antes había visto sin sentirse invadido o molesto.
Los niños muchas veces apretujan a los gatos, así que un buen gato para terapia debe sentirse cómodo en este tipo de situaciones. Los adultos mayores se conforman con acariciarlo mientras lo tienen sobre su falda.
Un gato ideal para terapia también debe ser capaz de permanecer tranquilo sentado sobre la cama de los pacientes. En Estados Unidos hay varias organizaciones que se dedican a entrenar y certificar gatos para gatoterapia.
Pet Partners y Love On a Leash son dos de las más grandes, pero también hay muchas otras organizaciones pequeñas que trabajan a nivel local. En particular, Pet Partners cuenta con un programa de terapia animal muy importante, y ha estado entrenando voluntarios en todo el país desde 1990.
El primer paso al preparar un gato para gatoterapia es asegurarse de que cumpla con los requerimientos básicos, que pueden variar de una organización a otra, aunque habitualmente se pide que el gato se sienta cómodo con arnés y que tenga las vacunas al día.
Muchas instituciones también piden que el gato tenga al menos un año de edad, y que el dueño lo haya tenido por lo menos durante seis meses. Siempre es mejor que el gato no coma carne cruda, pues aumenta el riesgo de que transmita infecciones a los pacientes.
Si el gato cumple con estos requisitos, se muestra amigable con personas extrañas y no reacciona agresivamente ni se asusta con ruidos o situaciones impredecibles, entonces el dueño recibe entrenamiento para que su gato pueda hacer gatoterapia.
Habitualmente, los gatos que han sido utilizados en espectáculos son ideales, pues están acostumbrados a los ruidos, a las personas extrañas y a que los manipulen todo el tiempo.
¿Por qué es útil la gatoterapia?
Si tienes un gato, entonces ya sabes que son excelentes compañeros y que sin duda tienen un efecto muy positivo sobre ti. Pero además, los gatos pueden ayudar mucho a tus hijos, a otros niños de tu familia o entorno cercano, especialmente si sufren trastornos de ansiedad o depresión.
Si bien hay gatos certificados especialmente para gatoterapia, en realidad no es necesario que tu gato lo esté para ayudar a las personas cercanas a ti, si es un animal tranquilo y amigable.
¿Por qué los gatos son tan útiles para disminuir la ansiedad y contrarrestar la depresión en niños y adolescentes? Aquí van 5 buenas razones:
Son amigos incondicionales
Los gatos no juzgan ni hacen preguntas. Simplemente acompañan y se dejan mimar. No hay complicaciones en una relación con un gato amistoso.
Este es un aspecto muy beneficioso para los niños que sienten ansiedad al momento de hacer amigos en la escuela, por ejemplo.
Rutinas y responsabilidad
Para niños y adolecentes cuyas emociones o comportamiento está fuera de control, el hecho de poseer un gato y tener que cuidarlo puede ayudarle al chico a tener un sentido de la responsabilidad y una rutina, que muchas veces no tenían antes.
El gato debe ser alimentado a determinadas horas y también habrá que limpiar su caja de arena con regularidad.
El hecho de tener estas responsabilidades aumenta la autoestima de los chicos, pues sienten que el gato los necesita de alguna manera y ellos pueden responder correctamente, cumpliendo con tareas adecuadas para su edad.
Los niños y adolescentes con ansiedad o depresión muchas veces sienten que sus vidas no tienen sentido. El gato les ayuda mucho, pues cuidarlo ya es un propósito que sienten que deben cumplir.
Entretenimiento
La ansiedad llena la mente de preocupaciones. A muchos chicos con problemas de ansiedad les resulta difícil distraerse y pensar en otra cosa que no sea en problemas o ideas negativas.
Una excelente manera de liberar la mente de estas ideas es jugando con un gato. Los gatos son muy juguetones y les encanta tocar y perseguir cualquier cosa que se mueva. Si dejas que tus hijos jueguen con su gato, pronto los verás sonriendo, totalmente relajados y distraídos.
Mejora la vida social
Cuando un niño tiene un trastorno de ansiedad, es probable que se le haga difícil conseguir amigos. En esto, el gato también puede ayudar. Por ejemplo, el niño podrá invitar a un amigo a su casa, para jugar con el gato.
Como ya se siente cómodo y seguro en compañía de su gato, le resultará más fácil socializar con el otro niño en presencia de su mascota.
Contacto físico
El contacto físico es beneficioso para todo el mundo. Pero los niños con ansiedad y depresión pueden necesitar algunos mimos extra.
Seguramente los padres ya les brindan mucho cariño en forma de caricias, besos y abrazos, pero el contacto con un amiguito peludo sin duda aporta beneficios adicionales. Por eso es importante que el niño tenga un gato al que le guste ser upado, mimado y acariciado.
¿Cómo actúa en el organismo esta terapia?
¿Por qué el contacto con los gatos tiene este efecto tan poderoso? ¿Por qué hay muchas terapias facilitadas con animales como perros o gatos que obtienen muy buenos resultados?
Aún hacen falta más investigaciones, pero los científicos creen que el contacto con estos animales estimula la secreción de oxitocina, una hormona que nos hace sentir seguros, cómodos y confiados.
El uso de mascotas en tratamientos médicos data en realidad de hace más de 150 años, dice Aubrey Fine, una psicóloga clínica profesora de la Universidad Politécnica del estado de California.
Incluso Florence Nightingale reconocía que los animales aportaban un valioso apoyo social en el tratamiento institucional de los enfermos mentales, señala Fine, quien ha escrito varios libros sobre este tema.
Investigaciones
Pero en los años 70 los investigadores comenzaron a interesarse por los efectos positivos que tiene sobre la salud humana la relación con los animales.
En los años 80 fue cuando se descubrió que los pacientes con enfermedades cardíacas tenían un menor tiempo de recuperación y una mayor esperanza de vida si tenían una mascota, en comparación con quienes no la tenían.
En esta misma época, se demostró que acariciar a una mascota con regularidad, sea un perro o un gato, puede bajar la presión arterial, lo cual es muy beneficioso para la salud cardiovascular, por supuesto.
Pero los estudios más recientes se enfocan en el hecho de que la interacción con animales estimularía la secreción de una hormona llamada oxitocina.
Oxitocina
La oxitocina es muy beneficiosa, dice Rebeca Johnson, quien está la cabeza del Centro de Investigaciones de Interacción Humana Animal, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Missouri.
La oxitocina nos hace sentir confiados, felices y seguros. Y tal vez por esta razón los humanos han tenido animales domésticos como mascotas desde hace tanto tiempo, opina Johnson.
Pero además, también podría haber beneficios para la salud humana a más largo plazo.
La oxitocina también es capaz de estimular el crecimiento de nuevas células y por lo tanto, al estar en contacto con animales, estamos más propensos a sanar los tejidos que se dañan.
Eso explica por qué está aumentando la cantidad de terapias con animales, principalmente perros y gatos pero también caballos y hasta pájaros o peces.
Con información de Lifeder