La Décima Sinfonía del genio musical Ludwig van Beethoven, conocida por estar «inacabada», fue terminada en Alemania, después del arduo trabajo de un algoritmo de Inteligencia Artificial (IA) y un grupo de especialistas. Tras más de un año de retraso para su estreno, puesto que iba a revelarse en el ‘Año Beethoven’ conmemorativo del 250 aniversario de su nacimiento, para que se presente la pieza compuesta a partir de unos compases y manuscritos incompletos.
El retraso en la presentación se produjo en medio de los muchos aplazamientos que, por imperativos de la pandemia, envolvieron el programa diseñado para recordar el nacimiento de Beethoven en Bonn (Alemania), en diciembre de 1770. Se tenían preparadas una serie de conciertos, galas, exposiciones y sesiones académicas que deberían haberse desarrollado en 2020, pero se vieron afectadas por las restricciones de la pandemia de covid-19.
A partir de compases manuscritos y siguiendo la lógica de los algoritmos, el estilo del compositor y la deducción, se ha compuesto esa pieza, tal como anteriormente se hizo con otras obras inacabadas por exponentes de la música clásica como Gustav Mahler y Franz Schubert. El proyecto cuenta con la compañía telefónica Telekom como principal impulsora. Al frente del equipo responsable está el director del Karajan Institut de Salzburgo, Matthias Röder, quien definió su trabajo como un ejercicio de «reconstrucción mental y psicológica», además de musical.
Hay que imaginarse el momento en que se encontraba Beethoven al plasmar esas ideas en un papel, al tomar sus apuntes».
Fueron las palabras de Röder en un comunicado, ante el estreno de esta noche. La otra parte del trabajo consistió en aplicar técnicas de aprendizaje musical al la computadora, para generar en éste modelos de creación musical similares al talento del genio. La Décima Sinfonía quedó incompleta a la muerte del genio musical, en marzo de 1827, en Viena.
La Inteligencia Artificial (IA) nos ofrece entre 20 y 100 versiones distintas de un mismo compás. Es fascinante, pero al mismo muy arriesgado, puesto que muchas de las variaciones son plausibles».
Según el musicólogo Robert Levin, de la Universidad de Harvard.
Fuente: Milenio