La K’uínchekua dio inicio con una función especial dedicada a las comunidades locales, marcando el comienzo de una celebración que honra la esencia cultural de el Alma de México.
Este año, la majestuosa zona arqueológica de las Yácatas en Tzintzuntzan vuelve a ser el escenario de esta festividad, que en esta edición rinde un merecido homenaje a las mujeres, las guardianas de las tradiciones michoacanas.

En un momento especial, los Barrios de Uruapan presentaron el tradicional Ritual de las Aguadoras, una ceremonia que simboliza la conexión sagrada entre la comunidad y el agua, elemento vital de nuestra identidad.
