Los milagros que obra Jesús siempre llevan una pedagogía. Jesús no solo cura y obra por bondad, sino que quiere enseñarme algo. Me enseña que Dios es amor, que siempre se hace cercano, me sale al encuentro, me toca cuando me toca uno de mis hermanos. Jesús ora diciendo «ábrete». Esto quiere decir, que Jesús pide que se abra todo lo cerrado al amor. Jesús viene a abrir mi corazón cerrado al amor de Dios, al camino de la santidad, a la vida cristiana. Jesús, pronuncia la palabra ábrete para que mi corazón siempre esté abierto al amor.

El sordomudo del Evangelio es símbolo de las personas cerradas a Dios, de esa gente que es incapaz de escucharlo y alabarlo; gente cerrada a su hermano; pero ahí está Jesús que quiere tocar a esa persona; tal vez a mí y al tocarme me convierte en una nueva criatura al devolverme mis capacidades elementales, escuchar a Dios, a mi hermano y hablar de las maravillas que encuentro a cada hermano. Por el oído entra la fe y por la boca la comunico. La frase del evangelio que le dijeron de Jesús,  «todo lo hace bien», también es para mi.