LA GLOBALIZACIÓN DE LA QUEJA

 “un problema, que no se puede resolver, sólo es posible resolverlo, desde otro nivel”.

Albert Einstein

 

¿Alguna vez te has puesto a pensar en la cantidad de tiempo que dedicamos a quejarnos por alguna situación, problema, escases o cosa que nos sucede a diario? A veces, sería bueno que te dedicaras por un día, como mínimo, a escuchar las conversaciones de los demás. De verdad, toma el desafío, te darás cuenta, de cuan diversos son los tipos de quejas, que comúnmente realizan las personas y muchas veces sin darse cuenta.

La realidad, es que nos quejamos de todo. Cuando hace frío, cuando hay demasiado calor, cuando nos hace falta algo, cuando tenemos lo que necesitamos, cuando no te parece algo, cuando tienes malas calificaciones, cuando no te gusta tu casa, tu escuela, tu grupo, la comida, etc. En resumen, siempre hay uno o más motivos para la queja; ese, en definitiva, es uno de los deportes más practicados por la gente.

Vivimos en una maravillosa época, el tiempo donde abunda la tecnología; por la misma razón, no es fácil librarse de la queja, ya que nos encontramos permanentemente bombardeados por malas noticias; muchas de ellas, dolorosas y preocupantes. A pesar de las constantes manifestaciones públicas de la gente a través de su expresión oral o escrita en redes sociales, nosotros tenemos dos opciones: analizar la posición y buscar la salida más apropiada o resistirnos y adoptar la posición de la queja.

La queja es un hábito dañino, es un veneno mortal que puede convertirse en parte de tu vida, en un círculo vicioso que pasa a ser parte de tu persona, obligándote a ver las cosas de forma negativa y, en la mayoría de los casos, a nunca poder disfrutar el momento que vives en el ahora.

Según un estudio de reciente de Harvard, la queja, es un síntoma de inmadurez y de pasividad frente a problemas la cual llega a provocar consecuencias, como:

  • Hacer que haya cambios repentinos de pensamiento.
  • Regularmente las personas pensarán de forma negativa.
  • Provoca cambios repentinos emocionales.
  • Provoca un rechazo hacia las cosas buenas y bendiciones que recibes.
  • Deteriora las relaciones familiares y de pareja.
  • Disminuye el rendimiento estudiantil y laboral.
  • Pierdes oportunidades y mal gastas el tiempo.

Este malestar muchas veces es provocado por situaciones difíciles que te ocurrieron en el pasado. La queja frecuentemente viene disfrazada de auto conmiseración, de baja autoestima y, a veces, se convierte en una forma inconsciente de manipular a los demás. Es un mal que se deja ver, no solo en la vida diaria, sino en las redes sociales.

Ahora bien, ¿cómo se supera este malestar de la vida? Una de las mejores formas es aprendiendo a ver las cosas del lado positivo, aunque sabemos que a veces las cosas no suceden como esperabas. Basta respirar un poco, despejar tu mente, y enfocarte en las cosas buenas que te han pasado. La misma energía que utilizamos para quejarnos, es la misma energía que necesitas para superar una crisis o un problema. No pretendas cambiar lo que no puedes, no pretendas cambiar a las personas, eso no te corresponde a ti. Hagamos un esfuerzo por cambiar y mejorar nuestra vida, no la de los demás.

La próxima vez, que quiera salir el deseo de la queja, habla algo bueno, mira a tu alrededor y agradece lo que tienes, ve y habla del lado positivo. En esta vida, debes saber que… “no existen momentos perfectos, siempre habrá sido mejor o pudo haber sido… pero algo debes entender, tu mejor momento es el que vives ahora”.