La inflación desaceleró por primera ocasión desde inicios de junio. En la primera quincena de noviembre, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 3.43 por ciento anual, impulsado por el costo en los alimentos y bebidas empaquetados, mientras dichos incrementos parcialmente los compensó la caída en los energéticos.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) exhibió también que, para un periodo similar, el crecimiento de 0.04 registrado en los primeros 15 días de noviembre de 2020 fue el más bajo desde 1994.

Con dichos resultados, la inflación vuelve al objetivo del banco de Banco de México, que es de 3 por ciento con un margen de variación de +/- 1 por ciento. Analistas financieros estiman que El Buen Fin habría abonado a esta desaceleración.

Alejandro Saldaña Brito, de Grupo Financiero Ve por Más, explicó que parte de la baja se puede atribuir a la campaña comercial, pero debido a la debilidad económica y a bajos precios del petróleo –cuya evolución determina el de las gasolinas y el diésel– podría mantenerse en niveles similares al concluir 2020. Detalló: “derivado de que el panorama para la economía, la estabilidad financiera y la inflación es todavía incierto, consideramos que el espacio para el relajamiento de la política monetaria en México es muy limitado. Por ello, anticipamos que Banco de México mantendrá la tasa de interés objetivo sin cambios, hasta que la inflación y sus expectativas, en particular el índice subyacente, muestren una sostenida tendencia a la baja”.

Ricardo Aguilar Abe, de Invex, calificó como atípico el dato de inflación que reportó ayer Inegi, dado El Buen Fin, y prevé que su efecto sea temporal. Nuestros estimados para la inflación de 2020 se ajustan a 3.56 por ciento en la parte general. Para 2021 estima que el INPC cierre con un avance de 3.83 por ciento.

Inegi expuso que, por tipo de consumo, los alimentos y bebidas se encuentran entre los bienes que más se encarecieron respecto del mismo periodo del año pasado, al aumentar 7.26 por ciento. Las bebidas alcohólicas y tabaco crecieron 8.02 por ciento.

El organismo detalló que, por componente, el índice de precios subyacente retrocedió 0.11 por ciento quincenal, con una variación anual de 3.68 por ciento; mientras él no subyacente creció 0.51 por ciento quincenal y 2.67 por ciento anual.

Así, la electricidad fue el insumo cuyo encarecimiento más incidió en la INPC de la primera quincena de noviembre, le siguieron el pollo y el huevo; mientras la gasolina de bajo octanaje fue el componente que más se redujo, seguido por el jitomate y el combustible de alto octanaje.

Por estados, en Sonora, Sinaloa y Baja California se registró la mayor inflación, del otro lado se encontraron Durango, Puebla y Veracruz con caídas en el INPC.

Con información de La Jornada.com.mx