Antes de la pandemia por COVID-19, la entonces primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller, visitó varios países europeos. Allí se encuentran piezas del patrimonio mexicano en museos, muchas de la época precolombina y de diversas culturas nativas. Entre ellas, destaca el penacho de Moctezuma.

 

 

Hecho principalmente de plumas de quetzal, el penacho de Moctezuma es uno de los tocados más impresionantes del Imperio Mexica. Moctezuma II, el noveno tlatoani, debía llevar ropas que simbolizaran el poder de su imperio. Si esta pieza era tan importante para los mexicas, ¿por qué está fuera de México?

Según los códices mexicas, los penachos simbolizaban guerra y poder. La doctora en Historia Carmen Aguilera escribe que “los señores lo portan en batalla y al ascender al trono”. Actualmente, el penacho de Moctezuma se encuentra en el Museo de Etnología de Viena, Austria. Pero, ¿por qué está tan lejos de la antigua capital mexica, a 16,289 kilómetros de distancia? Según Magda Michalska, historiadora y periodista en Daily Art Magazine, hay “9,000 objetos mexicanos dispersos por Europa y Estados Unidos”.

Ni siquiera hay una palabra en idiomas europeos, excepto el español, para referirse al penacho. Tiara, tocado, diadema: son algunos de los términos usados en el extranjero. En náhuatl, se le conocía como quetzalapanecáyotl. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo llama ‘el penacho del México Antiguo’.

Sobre cómo llegó a Europa, hay varios mitos. Uno dice que Moctezuma lo dio a Hernán Cortés como regalo para el emperador Carlos V. Otros sugieren que fue un saqueo durante la conquista. A pesar de las controversias internacionales, Austria se niega a devolver esta pieza a México.

Hoy en día, se cuestiona si este penacho realmente perteneció a Moctezuma, el noveno tlatoani de México-Tenochtitlan. No hay forma de confirmarlo, ya que la mayoría de los documentos previos a la conquista fueron destruidos.

Lo que sí se sabe es cuándo llegó a manos del gobierno austriaco. En 1596, el archiduque Ferdinand II von Tyrol, sobrino del emperador Carlos V, mencionó el penacho de Moctezuma en su inventario personal, junto con otros 160 artículos prehispánicos. El documento está fechado y tiene el sello de la familia Borbón, lo que permite rastrear cuándo estaba bajo el poder europeo, aunque es imposible saber cuándo llegó exactamente a Europa.

El Gobierno de México no se ha quedado de brazos cruzados. Durante al menos 4 décadas, el INAH y otras autoridades culturales han luchado por la repatriación del penacho de Moctezuma. Los austriacos argumentan, según Daily Art Magazine, que «el estado del objeto es demasiado delicado para sobrevivir a un movimiento ligero». Algunos académicos mexicanos, como Eduardo Matos Moctezuma, están de acuerdo, mientras que otros quieren la pieza de vuelta.

Sin tecnología suficiente para transportarlo de manera segura y poca apertura de las instituciones austriacas, el penacho sigue en el extranjero. Una réplica exacta está en el Museo Nacional de Antropología, la única manera en la que los mexicanos pueden apreciarlo gratuitamente, ya que el Weltmuseum en Viena cobra una tarifa de 312 pesos, incluso a mexicanos, para verlo.