El neurocientífico Christopher Tyler realizó una investigación referente al artista Leonardo da Vinci que fue un hombre renacentista, un auténtico y reconocido como un genio en múltiples campos, pero, particularmente en la pintura. Leonardo creó la última cena, su mejor obra, la más serena y alejada del mundo temporal, durante esos años caracterizados por los conflictos bélicos, las intrigas, las preocupaciones y las calamidades no fueron suficientes para detener el ingenio que le permitió triunfar y marcar un hito en el mundo.
Tyler observó en su investigación varios retratos del polímata florentino y descubrió un patrón general: el ojo izquierdo de Leonardo da Vinci tenía una ligera desviación, dando el informe que Leonardo padecía de un tipo de estrabismo, motivo por el que se presume le dio el éxito a sus obras.
El neurocientífico examinó dos ilustraciones, dos esculturas y dos pinturas al óleo; dentro de las cuales se encuentran un autoretrato, el San Juan Bautista, y hombre de Vitruvio. Ademas analizó las obras de otros artistas, que, se consideran utilizaron a Leonardo como modelo como las estatuas Juan Bautista de su amigo Benedetto da Maiano y Joven Guerrero de Andrea del Verroccho.
Estas estatuas presentaban -10,3 grados de desviación media en el alineamiento del ojo izquierdo. El experto sugiere que se trata de una exotropía o estrabismo divergente, lo cual hace referencia a un tipo de desviación temporal, tal y como se aprecia en el Salvator Muandi, una pintura creada por Leonardo para el rey de Francia en torno al año 1500 y que fue redescubierta en 2005, dándole así la razón y acreditando la investigación del neurocientífico Christopher Tyler.