La leyenda de la barranca del diablo forma parte de la innumerable cantidad de mitos y cuentos populares que se originaron en el estado de Michoacán, México.

Las leyendas son narraciones de hechos sobrenaturales que se generan en determinada región y que se transmiten de generación en generación, ya sea en forma escrita u oral.

En el caso particular de la leyenda de la barranca del diablo, se intenta explicar el motivo de las altas temperaturas y de la cantidad de accidentes automovilísticos en la carretera que une las localidades de Uruapan y Apatzingán.

¿Qué cuenta la leyenda de la barranca del diablo?

El trasfondo de la leyenda es la lucha entre las fuerzas del bien y del mal, personificadas por el diablo y San Pedro.

La leyenda cuenta cómo San Pedro encerró al diablo en lo profundo del barranco para evitar que este le  hiciera daño a la gente, y cómo el diablo se las ingenió, para molestar a los seres humanos incluso desde las profundidades.

Relato de la leyenda de la barranca del diablo

Harto de las maldades que el diablo hacía a las personas que recorrían la carretera de Uruapan hacia Apatzingán, San Pedro decidió darle un escarmiento.

Para esto, lo buscó día y noche hasta que lo encontró en los barrancos de Lombardía, región que es tan caliente como el Averno mismo. Entonces, definitivamente la lucha entre el bien y el mal comenzó.

En esta larga persecución, en la cual San Pedro aventajaba al diablo, el demonio se fue arrinconando hasta que cayó al fondo al barranco.

Cuando San Pedro se dio cuenta del escondite del diablo, saltó por encima del barranco. Al saltar, la huellas de sus sandalias se grabaron en un tipo de barda natural. Desde entonces, todos los que pasan por la carretera pueden ver las huellas de sus sandalias a un lado del puente de Lombardía.

El demonio no cesa en sus intentos por escapar del fondo del barranco. Con cada intento su furia aumenta considerablemente, por lo que lanza enormes llamaradas de fuego que producen un calor casi insoportable en toda la región.

Algunos aseguran que este aire es tan caliente, que hasta los automóviles que transitan por la carretera cercana al barranco se calientan y prenden fuego.

Los pobladores tratan de no circular de noche por este paraje, ya que aseguran que las llamaradas son tan potentes que toman la forma de la cara del diablo, transformándose en un espectáculo espeluznante.

Dicen que se escucha gritar al demonio mientras lanza amenazas a San Pedro, diciéndole que no ahorrará esfuerzos hasta alcanzar con su fétido aliento cada rincón de la región.

Desde el momento en que San Pedro logró encerrar al demonio las altas temperaturas son insoportables en Puruarán, Carácuaro, Huacana, Huetamo, Churumuco y muchos otros lugares michoacanos.

La información plasmada es de carácter cultural y refleja mi admiración por la cultura Michoacana.

El editor.