Los incas utilizaron los ceques andinos, un sistema de líneas imaginarias, para organizar e integrar al Tahuantinsuyo. Los ceques representan el esfuerzo que hicieron los antiguos peruanos para mantenerse conectados entre sí, un esfuerzo que, con el paso del tiempo, hemos enriquecido con narraciones, literatura, arte y memoria.
“Perú: historias que nos conectan” hace referencia a esa posibilidad de encuentro. Nuestra tradición no solo nos comunica entre peruanas y peruanos, sino que nos permite tender líneas imaginarias con otras tradiciones, como la mexicana, y con otras personas, como el público visitante de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2021.
México y Perú comparten una riquísima tradición literaria que tiene, en la colonia, exponentes como sor Juana Inés de la Cruz y el inca Garcilaso de la Vega. Luego, durante el siglo XX, los autores peruanos y mexicanos no solo se leyeron mutuamente, sino que incluso fueron muy cercanos, como Blanca Varela y Octavio Paz, o Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. El infrarrealismo mexicano y el movimiento Hora Zero, en Perú, mantuvieron contacto y coincidieron en sus principios poéticos.
Y, sin embargo, las conexiones con México trascienden lo literario: compartimos una historia milenaria, doscientos años de vida republicana y un conjunto de tareas pendientes entre las que destacan la lucha contra el racismo, la corrupción y la violencia de género.
La participación de Perú como País Invitado de Honor en la FIL Guadalajara es una oportunidad para reafirmar esas líneas imaginarias que, como los ceques andinos, nos conectan con México, para enriquecerlas con nuevas rutas de diálogo entre ambos países. La cultura construye conexiones: nuestras manifestaciones culturales inspiran, invitan a la discusión y a la reflexión y, sobre todo, son un punto de encuentro entre las personas.