En algunas ocasiones coincide que el satélite queda bajo la sombra de su compañera la Tierra y es cuando ocurre un eclipse lunar. En este momento vemos su fase llena.

La luz del Sol llega a la atmósfera de la Tierra y actúa como una lupa que la desvía y la manda hasta la Luna. Sin embargo, el espesor de la atmósfera de la Tierra, sumado a partículas de polvo, arena, cenizas volcánicas (entre otros) absorbe la luz azul verde y amarilla del Sol, y solo deja pasar las tonalidades rojas.  Por esta razón, el satélite se vuelve rojo u ocre durante los eclipses de Luna.

 

La prueba más antigua de que la Tierra es redonda

En la antigüedad los eclipses fueron muy importes porque la sombra de la Tierra en la Luna siempre se refleja en un círculo y el único objeto que invariablemente produce esta forma es una esfera. Esa es una de las pruebas más antiguas de la esfericidad de la Tierra.

El eclipse del 8 de noviembre podrá verse (al menos en parte), desde Norteamérica, el Pacífico, Australia y el este de Asia. En México podrá verse en Sonora, Chihuahua, Baja California Sur, Sinaloa y Nayarit en su máximo de las 3:16 am hasta las 4:41 am.

En el resto de México desde las 4:16 am hasta las 5:41 am. A partir de las 6:47 am la Luna estará bajo el horizonte.

¿Por qué se llama Luna de sangre?

La historia tiene que ver con el rey Herodes, quien era un político romano de Israel en la época de Cristo. Estaba casado con Herodías, una mujer que tenía una hija de otro matrimonio llamada Salomé, quien era “muy seductora y de una belleza inaudita”.

Herodes se enamoró de ella y le rogó que le bailara la “Danza de los siete velos”. Ella se negó. El rey le ofreció a cambio sus cisnes blancos, joyas e incluso la mitad de su reino. Pero ella seguía negándose.

Le dijo: “te ofrezco lo que quieras”. Finalmente accedió y después del baile le pidió la cabeza de Juan Bautista. El rey le ofreció muchas otras cosas, pero ella no aceptó. Al final, mandó a cortar la cabeza de Juan Bautista y la pusieron en una charola de plata para llevársela a Salomé.