Según datos del Instituto de INEGI, es la mayor caída del PIB que se ha visto del indicador, durante este trimestre, desde que se tiene registro
- Considerando todo el primer semestre de 2020, INEGI estima que el PIB de México cayó en un 10.4 por ciento, frente a ese periodo de 2019
- Se espera que las estimaciones para el tercer trimestre del año se den a conocer el próximo 26 de noviembre
- Desde el Gobierno federal, se ha empezado a decir que, aunque la primera mitad del año fue difícil, ya está en marcha la recuperación económica
Ya desde el inicio de la pandemia se sabía que la economía sería uno de los factores que más afectaciones tendría durante la crisis sanitaria. Como la única solución útil era la cuarentena, el mundo tuvo que paralizar muchos negocios que no podían funcionar a la distancia. Dentro de México no fue distinto, y varios especialistas temían caídas históricas del Producto Interno Bruto (PIB). Si bien la reapertura promete una mejora a mediano plazo, hay aún cifras oscuras.
A través de un boletín informativo, el INEGI presentó sus resultados sobre el desarrollo de la economía de México para el segundo trimestre del año, abril-junio 2020. Durante este periodo, se estima que el PIB nacional se cayó (en términos reales) un 17.1 por ciento frente a los tres meses anteriores. Frente a la cifra obtenida en 2019, es una baja de 18.7 por ciento. De hecho, es la caída más dura para el periodo que se ha visto desde que comenzó el registro en el país.
Por supuesto, no todas las actividades económicas que conforman el PIB tuvieron el mismo comportamiento. El sector primario (materias primas) apenas sufrió un desplome del dos por ciento frente al trimestre. Sin embargo, las actividades terciarias y secundarias (que son las que menos apoyo han recibido de Gobierno) se desplomaron en 15.1 y 23.4 por ciento con respecto al trimestre anterior. A escala anual se puede ver una tendencia bastante similar.
¿Qué significa este golpe brutal al PIB para el futuro de México?
No es la primera vez que se sugiere que la economía del país va a tener un largo camino que recorrer si quiere regresar a la situación pre-pandemia. Ya desde junio se había visto que en abril se vio la baja más agresiva del PIB durante ese mes. Por esos mismos días, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había proyectado que, en todo 2020, la economía de México se iba a descalabrar 10.5 por ciento. A eso se debe sumar la contracción técnica al final de 2019.
Hay que hablar seriamente sobre los resultados de INEGI en torno al PIB. No hay duda que una caída de este volumen, con o sin pandemia, resulta preocupante. Pero también habla del impacto significativo de la crisis sanitaria para la estabilidad del país. Con semejantes bajas, se está abriendo una brecha preocupante que tomará tal vez años en cerrarse, considerando que México siempre fue de crecimiento lento. Es una situación que no puede tomarse a la ligera.
Por otro lado, el trimestre de abril-junio cubre un periodo en el que la crisis sanitaria estaba en pleno apogeo dentro de México. Es natural que el PIB para estos meses sea el peor de toda la historia. Lo importante es que ahora ya se tiene un referente sobre cómo lucía el país cuando la pandemia estaba golpeando con mayor fuerza a los negocios e individuos. Ahora el objetivo de los próximos trimestres será revertir la tendencia a la baja y, con suerte, tener crecimiento.
El problema de la recuperación económica
Hay que reconocer que México no es el único país donde el PIB se está desplomando a una velocidad nunca antes vista. Desde el inicio de la pandemia se había visto que el impacto en América Latina sería devastador. Según Bloomberg Economics, todo el mundo (fuera de China) perdería en conjunto unos seis billones de dólares en productividad. Pero incluso el gigante de Asia está en riesgo de perder inversiones clave, gracias a la negociación de otras naciones.
Lo cierto es que, sin importar si es el PIB de México o cualquier otro país, todos los expertos concuerdan que la recuperación económica post-COVID no será sencilla. De acuerdo con Vito, no se podrá tener una evolución viable a menos que se apueste por un esquema en el que se priorice la sustentabilidad. McKinsey apunta que no será posible reiniciar sin antes controlar el virus. Y el Banco Mundial cree que lo primordial será lidiar con la desigualdad que se genere.
Con información de Marca 2.0.com