Uruapa, Mich.- Con gran colorido, música y danza, se llevara a cabo el ritual de las aguadoras también llamado “las portadoras de agua bendita”, es una tradición del pueblo purhepecha y que hace más 14 años se ha trabajado por rescatar.

Las aguadoras son un grupo de mujeres de cada uno de los barrios tradicionales, vestidas con el traje tradicional purhepecha  acorde al barrio correspondiente y cada una de ellas llevaba cargados cántaros de barro bellamente decorados. Varios de los recipientes que portaban fueron adornados con panes, frutas, dulces y hasta botellas en miniatura de charanda o licor de café; otros mostraban flores como las camelinas o listones multicolores, esta actividad es considerada para los indígenas como un ritual y es por ello que todas las mujeres deben llevar un característico mandil blanco, acompañadas por un cántaro de barro, adornado con miniaturas de madera, barro, flores o frutas.

Este ritual es realizado como el símbolo del amor y cuidado a las aguas del río Cupatitzio, por parte de las comunidades indígenas y los barrios tradicionales de la ciudad de Uruapan, es un ritual en el que se lucen las portadoras de agua bendita, al sentirse orgullosas no solo de cuidar del río, sino también de conservar la identidad purhepecha.

Cuenta la historia que hace cientos de años, cuando el Uruapan de antaño gozaba de un suelo fértil y el río Cupatitzio murmuraba su eterna canción a la sombra de los árboles, hubo día, cuenta la leyenda, que río Cupatitzio dejó de murmurar como antes, quedando seco el cauce; los verdes campos sin agua, estaban tristes y amarillos por las hojas secas. Hubo angustia, pena, ruegos y llanto, hasta que un día Fray Juan de San Miguel se puso a meditar por esta desgracia, sus ojos volteaban al cielo y sus plegarias como sus rodillas no dejaban de tocar el suelo; un rayo divino hizo que sonaran las campanas y la gente se juntó; se hizo una procesión con la Virgen y las doncellas del pueblo, las huananchas o muchachas que la custodiaban. Llegaron a donde estaba el manantial, ahora ya seco y triste; se oró y Fray Juan de San Miguel roció agua bendita entre las rocas del cauce vacío; el suelo se sacudió y se estremeció, surgió un fétido olor a azufre y de los más profundo se escuchó un grito y surgió la figura de Satanás que retrocedió espantado y cayó hincado en una roca que aún conserva la oquedad, una rodilla del príncipe de las tinieblas.

Dicho ritual forma parte de las actividades enmarcadas al Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos a fin de preservar las raíces culturales y fomentar el turismo en el municipio por ende este ritual se llevara a cabo el día 1 de Abril del 2018 en donde se tendrá un inicio por la calzada Fray Juan para así bajar por Emilio Carranza hasta llegar a la misa en el templo de la Inmacualada para bendecir el aguar, posteriormente pasar a la Huatapera y para finalizar cada barrio lleva el vital líquido a sus respectivos asentamientos, en donde fue distribuido en medio de una fiesta amenizada por música de banda entre la comunidad.