En la Riviera Maya se denunciaron por la presencia de desechos plástico en el área natural Protegida de Sian Ka’an por parte de los activistas la organización de Greenpeace y exhortaron tanto a legisladores como a la ciudadanía en general a sumarse para detener este tipo de contaminación.
Los activistas de Greenpeace, acompañados por investigadores de la UNAM, encontraron botellas, envolturas, contenedores, tampones, cepillos de dientes, tazas de baño y desechos de construcción y otras industrias, entre muchos otros. Tanto en los ecosistemas terrestres (playas, selvas y manglares) como en los acuáticos (arrecifes coralinos y pastos marinos) de Sian Ka’an.
La contaminación plástica en Sian Ka’an, un santuario del Mar Caribe catalogado como Reserva de la Biósfera y Patrimonio de la Humanidad, donde aún el ingreso y las actividades humanas están restringidas, exhibe el gran alcance que tiene la crisis de los plásticos, explicó Ornela Garelli, coordinadora de la campaña Océanos sin Plástico de Greenpeace México.
Los plásticos pueden tardar cientos o miles de años en descomponerse en la naturaleza y, como se puede ver aquí en Sian Ka’an, llegan hasta los lugares más remotos del mundo, incluso donde casi no hay actividad humana”, añadió.
La denuncia de contaminación plástica en áreas naturales protegidas marinas ocurre semanas después de que un estudio, publicado por Greenpeace en alianza con investigadores de distintas universidades del país, encontrara microplásticos en 1 cada 5 peces de México, incluyendo especies comerciales como el huachinango, la lisa o el pargo. Mientras tanto, actores fundamentales para la generación de residuos plásticos, como los supermercados, están lejos de hacer lo suficiente para atajar esta crisis, según reveló el Ranking de supermercados según su huella plástica, presentado por Greenpeace la semana pasada, el cual sólo aprobó a dos cadenas nacionales: The Green Corner y Super Kompas.
A principios de noviembre, un grupo multipartidista de senadores y senadoras suscribió una una serie de reformas a la Ley General de Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), que recoge planteamientos de diversas organizaciones de la sociedad civil aglutinadas en la Alianza México Sin Plástico, para exigir responsabilidad directa a los productores, en lugar de que éstos planteen el reciclaje como primera opción, ya que en México sólo se puede reciclar poco más del 6 por ciento de los plásticos que se producen.