Todas las relaciones pasan por diferentes etapas, ninguna es perfecta y todas están llenas de altos y bajos momentos. Pero conforme pasa el tiempo, cuando los conflictos aparecen integrándose de manera más frecuente, las relaciones llegan a su fin.

De acuerdo con Terri Orbuch, psicóloga e investigadora de la Universidad de Michigan, afirma que todas las relaciones que llegan al punto de desequilibrio emocional y mental, pasan por momentos de frustración hasta el punto de la ruptura en la pareja.

Los estudios científicos más recientes en sincronía con los realizados dentro del “laboratorio del amor”, un lugar de la Universidad de Washington, en el que, durante más de cuatro décadas se han estudiado a más de tres mil parejas, se han llegado a identificar muchos enemigos de las relaciones que invisiblemente se infiltran para ocasionar momentos de inestabilidad y rupturas.

Cuando existe una relación afectiva con una persona, se busca lo mejor, crecer y madurar constantemente, llevando la relación a un mejor nivel puesto que se trata de personas, de corazones y confianza mutua. Cuando se trata de corazones, el orgullo no tiene lugar, se entra con respeto, sin zapatos, de rodillas a la relación, y esa es la posición de humildad que según estudiosos mantiene con gran fortaleza el amor en estos tiempos.

El amor implica un arduo esfuerzo y continuo trabajo entre dos personas para hacer crecer la relación, protegerla y cuidarla. Cuando la comunicación comienza a fracturarse, a hacerse menos continua, otras cuestiones que eran menos evidentes comienzan a tornarse en verdades problemas.

A continuación, te dejamos nueve enemigos que invisiblemente vuelven una relación afectiva en una totalmente toxica, hasta destruirla o desintegrarla.

1.- El desinterés

Regularmente pasa desapercibido cuando se idealiza una relación o persona, o cuando una o ambas personas reducen sus esfuerzos por fomentar el romanticismo, el crecimiento y maduración de la relación, también sucede cuando se pierde la admiración y el respeto por la otra persona. Lo que ocasiona muchas de las veces una desmotivación hacia la construcción de una relación.

2.- Las mentiras

Las mentiras en una relación afectiva, dañan ¡y mucho!, así sean grandes o pequeñas, blancas o negras, provocan un daño que muchas de las veces resultan irreversibles. Este enemigo sigiloso se encarga de destruir la base de toda relación: la confianza.

3.- Los celos

Todos en alguna ocasión hemos sentido celos, en todas las áreas: sentimentales, profesionales, familiares o incluso de amistad. Se trata de una sensación y reacción ante la supuesta amenaza de perdida, ya sea real o no. Existen celos con fundamento real y los totalmente erróneo o llenos de fantasía o suposición. Cuando no se tiene control en ellos, y se manifiestan de manera insoportable, llegan a tener el potencial de arruinar no solo la vida del celoso, sino las relaciones afectivas, laborales y sociales.

Relacionar el amor con celos, es un verdadero error. Tener celos, no significa amar a nadie. Se trata de sentimientos y pensamientos negativos llenos de temor sobre una persona, donde muchas veces se evidencian problemas como: la falta de autoestima, de identidad y de confianza sobre las demás personas. Lo mejor es llegar a la comunicación en la relación para no caer en distancias, momentos irritables, chantaje y manipulación, pues, en muchas ocasiones se vuelve toxica la relación.

4.- El orgullo

Algunos definen el orgullo como excesiva estima, o amor propio, que busca la atención menospreciando a los demás y mostrando que no se necesita a una persona. Se manifiesta como enemigo sigiloso cuando uno de los dos cree o se siente más importante que los demás, cuando se cree más inteligente, o capaz para hacer sentir a los demás de manera inferior, tomando en poco sus emociones, sentimientos y formas de pensar y ver la vida. El orgullo impide aceptar una razón como válida, por lo que las conversaciones se vuelven muchas veces frustrantes y llenas de obstinación hasta que alguien tiene que dar a torcer el brazo.

5.- No aclarar las cosas

Este es uno de los enemigos que se infiltran dentro de las relaciones, y tiene que ver con la manera en que ambas personas se comunican, el punto de los acuerdos tratados y su empeño en hacer crecer una relación. Cuando no hay buena comunicación, se da cabida a toda serie de falsas interpretaciones que deterioran los lazos afectivos.

6.- La falta de madurez

Uno de los principales problemas dentro de una relación es la inmadurez emocional. Estarás de acuerdo conmigo que para mantener una relación sana, plena y feliz ambas partes deben ser capaces de comunicarse de manera efectiva y encontrarse emocionalmente a gusto.

Muchos de los signos de inmadurez emocional se manifiestan en el comportamiento. La falta de madurez en una relación lleva a una o ambas personas a no asumir la responsabilidad de sus acciones y dichos. Un error es permitir que los padres se involucren en la relación de pareja, que muchas de las veces eso vuelve toxico. La buena administración de las finanzas y planes a corto mediano y largo plazo, son buenos indicios de madurez y que indican un bienestar saludable.

Asumir compromisos con la otra persona y no tener miedo a expresar sus emociones y pensamientos son buenos indicios de madurez. Existen personas no maduras que solo buscan momentos y experiencias pasajeras y no buscan construir un compromiso con la pareja, hacerlo es un indicio de crecimiento en la relación.

No aceptar errores o equivocaciones, para mejorarlos o cambiarlos, en muchas de las ocasiones solo provocan que se vuelvan a repetir una y otra vez, dañando gradualmente la relación al punto de su fractura o disolución.

7.- El desprecio e humillación

Este tópico es una de los enemigos más fuertes que ocasionan un fracaso en las relaciones. Usualmente esto se alimenta de pensamientos negativos guardados por mucho tiempo respecto a la pareja. Algunos indicios de esto son: los sarcasmos, los insultos, las burlas, la ridiculización y las bromas aparentemente inofensivas y graciosas.

8.- La distancia en todas las áreas

La falta de comunicación y el distanciamiento social generan un distanciamiento entre las relaciones, muchas de las veces uno o ambos, no saben el punto en que dejaron de poner ímpetu en la relación para perder el interés en la relación. La falta de comunicación da apertura a la falta de momentos románticos y a tener conflictos continuos con la pareja que muchas veces llegan a los reproches, pues la relación, requiere de esfuerzo mutuo para mantener y hacer crecer la relación afectiva.

Lo más recomendable es hablar en cada momento y mantener una buena y sana comunicación, y más cuando hay disgustos. Para hacerlo, es importante que los comentarios salgan desde el corazón y se digan con cariño y respeto.

9.- Las excusas hacen olvidar los detalles.

Una relación de requiere de compartir, de compartir tiempo de calidad. Cuando esto no existe y en lugar de ello, surgen excusas para trabajar en la relación, poco a poco se va desmenuzando las bases que conforman la relación. No pueden caminar dos personas juntas sino se encuentran en un mutuo acuerdo.

Los signos cotidianos de afecto son los que mantienen el romance vivo, pero muchas parejas se olvidan de mostrarlos lo que desgasta la relación. Los detalles no requieren que sean regalos costosos, un beso para dar las gracias cuando tu pareja hace algo por ti, es más que un lindo detalle. Un “buenos días”, ser agradable, ser respetuoso, ser atento y detallista, un poema escrito o canción dedicada, son cosas tan sencillas que cambian las excusas en acciones que mantienen la llama de una relación.

La mejor manera de evitar que se mueran las relaciones de pareja es fomentar la buena comunicación, además de recordar (y decirse) día con día las razones por las cuales se enamoraron y decidieron caminar juntos.