Estos días tenemos una nueva cita astronómica: la lluvia de estrellas de las Dracónidas que tendrá lugar entre el día 6 y el 11 de octubre con una frecuencia de 20 meteoros por hora a una velocidad de 20km/s.
No es una frecuencia muy alta, pero ha habido años con frecuencias muy elevadas como en 1933 o 1946 con miles de meteoros a la hora. En 2011 se pudieron observar 600 meteoros por hora.
Hace dos años, en 2018, también fue un año favorable porque la luna nueva coincidió con la fecha pico de las Dracónidas, además de que el cometa que las produce alcanzó el perihelio, el punto más cercano al sol, acercándose a la Tierra más de lo que lo había hecho en 72 años.
¿Por qué se llaman así? Provienen del cometa 21P/Giacobini-Zener que tarda algo más de 6.5 años en completar una vuelta alrededor del Sol, y parecen proceder de la constelación de Draco, por lo que conviene localizarla para verlas.
Las lluvias de estrellas se producen cuando los meteoroides entran en la atmósfera terrestre, calcinándose por la fricción con el aire y creando el resplandor luminoso que conocemos como lluvia de estrellas o meteoro.
La noche de máxima actividad será la del 7 al 8 de octubre, pero como la Luna tendrá un brillo intenso puede dificultar algo la visibilidad.
Algunos consejos para ver esta lluvia de estrellas son alejarse de los núcleos urbanos para huir de la contaminación lumínica. Además, es importante contar con un cielo despejado.
Este otoño tendremos más lluvias de estrellas, como por ejemplo las Leónidas y las Gemínidas que tendrán su máximo de actividad el 17 de noviembre y el 13 de diciembre respectivamente.