Siempre se puede alcanzar lo que se quiere con dedicación y esfuerzo, y tal vez no recordemos a Guillermo Pérez Sandoval, el ganador en Taekwondo de la medalla de oro en las olimpiadas de Pekín 2018. Pero, ¿qué hay detrás de él antes de ganar dicha medalla?
Nació en Uruapan el 14 de octubre de 1979 y en una conferencia dentro de una universidad en la ciudad contaba un poco de cómo creció su amor por las artes marciales. Algo impresionante de su mentalidad era que él siempre quiso levantar la bandera de México, poner el nombre de nuestro país en alto.
A su corta edad comenzó a practicar este deporte y con mucho entusiasmo aspiraba cada día a más, cuando comenzaron sus primeros torneos él mencionó que no le fue como esperaba, durante una temporada dejó el deporte para dedicarse mejor a sus estudios, pero afortunadamente se le presentó una oportunidad más en la etapa universitaria. Cuando se adentra a este deporte otra vez comienza a participar en torneos como ya lo hacia, donde nunca llegaba más de lo que normalmente lograba. Guillermo Pérez estaba cansado de perder y en algún punto de su carrera como deportista llegó a pensar que sería un sueño imposible, después de tiempo y de varios intentos llegó una ultima oportunidad. Estaba a punto de pasar a una edad donde el sueño se vería más lejos, pero su persistencia le sirvió para alcanzar su objetivo.
Dentro de esta última oportunidad le comienza a ir bien, comienza a recobrar fuerza, esperanza y avanza. El mismo Guillermo que decía que nunca lo lograría, estaba calificando para una categoría más, tras tantas experiencias que ya había vivido, tenia más que consciencia de las cosas que podían pasar.
Él relata que cuando le dicen que existe la posibilidad de ir a los juegos olímpicos fue la mejor sensación que había vivido, como ya sabemos fue el ganador de la medalla de oro y como en un principio su sueño fue levantar el nombre de nuestro país, así lo hizo y no sólo eso sino también el de Uruapan.
El que persevera alcanza y el que lucha por lo que ama logra lo inimaginable, no importa en que contexto nos desarrollemos lo que importa es la pasión con la que practicamos las cosas.