Te quiero contar algo;
Aún y a pesar del tiempo, te sigo queriendo,
Sigo pensando en ti, tanto como esa primera vez que te vi,
Sigo sonriendo al leer tus mensajes, una y mil veces
Como si fuera la primera vez.

Revivo todas esas emociones que erizaron mi piel
Y consiguieron robarme el aliento.

Sigo pensando en ti sin encontrar respuesta que me ayude
a justificar tu ausencia y es que al marcharte
Dejaste un vacío muy grande en mí.

Si te escribo ahora,
no es para que juntos encontremos una moraleja,
solo es para recordarte con tu bella sonrisa,
esa que adorna tu rostro de oreja a oreja,
esa que se convirtió en mi luz perfecta,
en mi más grande pasión,
en la más bella postal de otoño,
semejante a un atardecer frente a la vieja catedral de Morelia.

Solamente conservo unas cuantas fotografías
Para recordar lo que fue nuestro amor,
Ese que anotamos en listados, ese que se extinguió en cada bocado,
Que se disfrutó hasta el último grado, ¡si, ese que aun esta en tus manos!

Quizá te sorprendas al leer estas líneas, pero déjame contarte
Como ha sido no tenerte más conmigo.
Las mañanas han perdido ese brillo, hasta el sol se ve afligido
Las nubes y ese inmenso cielo azul, se tornaron opacos,
Las flores perdieron sus aromas, sus colores, ahora nada tiene sentido.

¡Quiero contarte algo!
Desde tu partida me propuse mejorar en todos los sentidos,
Soy más elocuente y participativo,
He dejado de lado aquellos vicios que a tu persona le generaban conflicto
¡Ya no bebo!, ¡ya no fumo! ¡Ya no grito!
Me he dado el tiempo de mejorar aquella receta
con la que hacia brillar tus ojitos, soñando con tal vez poderte preparar de nuevo tu platillo favorito.

He llamado a tus amigas utilizando mil pretextos,
solo para preguntarles cómo has estado, si de casualidad por mi tú has preguntado,

si se han llenado de lágrimas tus ojos al escuchar aquellas canciones que te cantaba al oído,

si todavía me recuerdas o de plano me has echado al olvido.

¡Te quiero contar algo!
Quiero que me escuches con mucha atención
Porque tal vez sea la última vez que lo diga,
quiero que por primera vez dejes de hacer lo que estás haciendo, que escuches con el alma y sientas con el corazón lo que te digo:
¡te quiero, te quiero como jamás he querido!
¡te extraño como nunca imagine hacerlo!
Después de dicho todo esto, ahora eres tu quien tiene la última palabra…
Tú decides, si soy el dueño de tu felicidad o el esclavo de tus recuerdos.