Las favoritas de los mexicanos después de los tacos, las tortas llegaron durante el Porfiriato para marcar un hito en la gastronomía. Pero, quién y cómo se inventó. Aquí te lo contamos.
La gastronomía mexicana no se podría entender sin sus antojitos que acompañan el día a día de los mexicanos. Entre esa lista de antojitos, las tortas tiene un lugar muy especial ya que representa un fácil y económico platillo que ha deleitado el paladar de muchos desde la época del Porfiriato.
Pero su simplicidad no compromete la exigencia de sabor del mexicano. La torta es un platillo callejero polifacético y sus variaciones no tienen límite. Sin embargo, hay combinaciones que llegaron para quedarse como la torta cubana, la de pierna, la de milanesa, la de jamón y queso, la de chorizo con queso o la torta ahogada…
Contrario a un sándwich, el bocadillo estadounidense por excelencia, la torta es más que un snack que sacia el hambre de los que andan más a prisa. La torta es cultura, es historia, es identidad.
La torta se originó durante una época en la que había que ingeniársela para comer sabroso y barato. Sin llegar a competir con la tortilla mexicana, su invención llegó a revolucionar la forma en la que se entendía el pan y los bolillos en México.
Pero, ¿a quién se le ocurrió que rebanar el bolillo a la mitad y colocar ingredientes entre las dos piezas de pan era una buena idea?
El origen de las tortas
Según el historiador Ricardo Candia Pacheco, hay quienes han situado el origen de la torta en la ciudad de Puebla en una época anterior a la invasión de Estados Unidos (1846-1848). Una de las menciones más antiguas sobre la torta se encuentra en la publicación del 8 de febrero de 1864 en el periódico El Pájaro Verde en la que se menciona la existencia de la “torta compuesta”.
No obstante, la mayoría de las versiones apuntan a un hombre de la Ciudad de México llamado Armando Martínez Centurión. Incluso el escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia le dedicó varios párrafos en “La torta de Armando y otras tecnologías”, un artículo publicado en el periódico Excélsior de 1972.
De esa publicación, el siguiente párrafo donde habla de la importancia de saber preparar una torta:
“La torta de Armando es una creación barroca en la que intervienen aproximadamente 25 elementos —entre los que se cuentan el filo del cuchillo y la habilidad del operador para rebanar la lechuga— en un orden riguroso. Si se altera el orden —por ejemplo, si se pone primero el chipotle y después el queso— o si la calidad de alguno de los elementos falla —que el aguacate sea pagua— lo que se come uno, en vez de ser es torta compuesta, es un desastre”.
Según sus familiares, don Armando era un hombre humilde que en 1892 colocó un puesto en su zaguán para vender bolillos rellenos de lo que tenía a la mano; después introduciría otros ingredientes como el jamón de pierna, el queso de puerco y las sardinas.
El puesto de don Armando se encontraba en la calle Coliseo Viejo, actualmente calle 16 de Septiembre. Se dice que entre sus clientes se encontraban Agustín Lara, Cantinflas, Francisco I. Madero, entre otras personalidades que no se resistieron al sabor de dicho manjar.
La tortería de don Armando aún existe en el cruce de Avenida Reforma y Calle Humboldt 24, en la delegación Cuauhtémoc.
Las tortas, un gran invento
Tanto sería el éxito de las tortas que hasta el National Geographic la consideraría uno de los grandes inventos del siglo XX. Además, con la llegada de la televisión, el programa del Chavo del 8 ayudó a catapultar la fama de la torta a nivel internacional, antojando al mundo con las tortas de jamón, el manjar deseado por el personaje durante las temporadas que duró la serie televisiva.
Así, la torta llegó para cambiar nuestra cultura y marcar un hito en la historia de la gastronomía mexicana para la posteridad.
¿Conocías el origen de las tortas? ¿Cuál es tu favorita?
Fuente: México Desconocido